Cuando las sobras son lo único que resuelve el día

Andrea y su hijo Miguel esperan impacientemente frente al local de comida de la avenida Colón esperando a ver si el señor Napolitano, dueño del restaurant, les puede dar las bolsas de basura a ellos antes de ir a depositarlas en el tacho de basura de enfrente. Son las 10:50 horas y las tripas suenan más que nunca por el hecho de no haber recibido alimento alguno en casi 24 horas.

Esta rutina se repite a diario desde que Andrea y su pequeño hijito quedaron en la calle producto del empobrecimiento masivo al que el régimen comunista del dictador Maduro ha sometido a toda la población. "Antes tenía una tiendita en el mismo barrio donde vivíamos alquilados, Con eso me alcanzaba para vivir. Producto de la escasez generalizada, la delincuencia y la muerte de mi pareja en manos del hampa, nos vimos forzados a cerrar el pequeño negocio familiar e irnos a vivir en la calle desde hace 3 años que nos desalojaron", dice consternada Andrea.

Ahora se dedica a pedir en una de las concurridas calles de la ciudad capital, Caracas. Cuando no consiguen que le donen alimentos o el poco dinero que le dan no alcanza, tiene la seguridad de que pueden revisar la basura del restaurant del señor Napolitano donde conseguirán algunso restos de comida para paliar el hambre y la sed. Muchas veces las sobras son suficientes para calmar el hambre de, al menos, día y medio.

Esta historia está basada en una de las tantas historia de la vida real que a diario se viven en mi país, un país rico sumido en la peor pobreza del continente (incluso peor que la de Haití, el otrora país más pobre) gracias a un modelo político fallido.

Jamás voten por un modelo político en el cual en vez de enseñar a la gente a pescar, se les "regala" el pescado sin esfuerzo ni trabajo, de esta forma es que crean a los "tontos útiles" que los mantendrán en el poder hasta que los saquen a la fuerza.