Poema: aunque el mundo se acabe

¡Primer poema del año!

Espero que todos hayan tenido una navidad hermosa al lado de sus familiares y un feliz año ♥. (Sí… sé que ya está bien avanzado enero, pero es que estuve como una hoja en blanco, muy bloqueada a nivel creativo). Este primer poema del año es bastante paradójico. Se supone que habla del amor, pero cuando lo escribí no estaba pensando en eso, o más bien, no pensaba en el amor de pareja. Pensé en el daño sin escrúpulos, absurdo y violento que le estamos haciendo al planeta.

Siempre he sido muy sensible con este tema. No puedo explicar cómo me duele y la ira que me produce que todavía sigamos siendo tan inconscientes. No entiendo como el ser humano no analiza que estamos dañando el pulmón que nos da vida. Estamos ciegos de egoísmo, banalidad y superficialidad. Estamos sedientos de poder sin importar qué nos llevemos por delante.

Y sobre todo… no deja de impresionarme la gente que odia a los animales, que los ve como inferiores porque nosotros somos “seres racionales”. ¡Nada más lejos de la realidad!

Y no puedo evitar sentirme culpable cada vez que consumo carne animal, pues yo y todos los millones que seguimos consumiéndola, somos parte del problema y contribuimos cada día con la muerte de los ecosistemas. Y la realidad es que el ser humano no necesita consumir nada animal, pero aún así lo seguimos haciendo. Somos una escoria en un mundo bellísimo.

La falta de amor que sufre nuestro planeta es impresionante. Fantaseo con el día en que el ser humano comience a amar a la Tierra de verdad, y que ese amor sea lo que resucite lo que tanto hemos profanado. ¿Y el amor qué implica? Respeto. Ojalá aprendiéramos a respetar más.

Ahora sí, ya se acabó la intensidad. El poema, acá abajo.