Profundo Misterio | Capítulo 4 (Último)

Al abrirse la puerta, un joven con expresión malhumorada nos saluda con un simple levantamiento de cabeza, y su mano se eleva a forma de pregunta.

-¿Que eras de Ian? -dice Luciano.

El chico frunce las cejas y se da vuelta; pero inmediatamente la mano de mi amigo sobre su hombro lo detiene.

-Tengo efectivo, ¿cuánto deseas? -Le pregunta.

El chico de mal genio nos facilita documentos de la compra de su actual hogar.

El padre de Luciano es abogado, por lo que él tiene escasos conocimientos del asunto.

Después de leer, afirma que Ian era propietario de la casa; y según tres vecinos a los que les preguntamos sobre él, vivía solo. ¿Cómo es posible que un adolescente de solo 15 años sea capaz de adquirir una casa, y además, no contar con la presencia de alguien más dentro de ella?

La indagación nos adentra a un túnel sin una pizca de luz... hasta que notamos que los documentos también arrojan su identificación, que en este punto, significa una gota de esperanza.

Nos dirigimos a la Oficina Principal del Estado. Parece el mejor lugar para proceder la búsqueda.

Un oficial, al darle los datos de Ian, nos da encuentro con otro que parece su jefe.

En una oficina silenciosa y un poco oscura, nos dan asiento. Parece una escena de interrogatorio por homicidio.

El alto dirigente nos saluda con un estrechon de manos.

-Soy el oficial Bryan Scott, encargado del caso de Ian Bullock. Sé quiénes son ustedes, los hemos mantenido en vigilancia este último año, al igual que a la señorita Anna. -“¡Vaya¡”, pienso.

-Ian, fue un ser humano que participó en experimento realizado por la CIBH (Corporación Internacional de Bienestar Humano), cuyo fin era crear seres capaces de mantener un orden social, contribuir a la salud mental, emocional y física de cada integrante de una determinada zona geográfica; sin sobresalir, tenía que fingir llevar una vida "normal". Este humano alterado a gran medida, que ya no podía ser considerado como tal, estaba en constante búsqueda de soluciones a los inconveniente de cada persona.

Después de un suspiro, el oficial continua.

-Ian, fue el décimo octavo Minpers (asi llamado por la corporación) de sesenta que se desplegaron por la zona norte, en ser expuesto a su función. Pero hubo un error, él era un error: Durante su transformación, que tardó 36 años en total, uno de los ingenieros por problemas no intencionales de pago, cambió su compleja estructura; fue el responsable de crear una falla en Ian. Ésta, fue descubierta al hacer la autopsia. Además, el ingeniero hizo un trabajo de configuración en el sistema para hacerlo perfecto en él, cosa que no estaba ni cerca de ser realmente. El error hacia que tuviera comportamientos fuera de los planes; quizá ustedes o cualquier otro individuo los pudo catalogar como extraños, incluyendo su suicidio. -Para entonces, mis latidos parecian estar a mil por hora. -La distorcionada fabricación provocó una segunda falla: El sistema no reconoció la residencia donde ustedes habitan, por tal motivo Ian apareció ahí esa noche, un lugar donde no debia existir presencia humana.

Mis preguntas ahora tienen respuesta, al menos, la mayoría. Pero cuando pienso que es todo lo que el oficial Bryan tiene por decir, agrega:

-Sentimos no poder intervenir lo suficiente para mejorar su percepción del asunto, otorgándoles éstas respuestas anteriormente. Protegiamos un tema que no debe ser conocido por más allá de las autoridades.

Un gran suspiro de su parte hace que ahora mi corazón se detenga, y añade:

-Ahora viene un momento de desgracia para ustedes. No olvidaron el hecho, le dieron mucha importancia, por lo que ahora su memoria será reiniciada. Olvidarán sus últimos trece meses, la CIBH se encargará de rellenar ese espacio en su mente.

Mi nombre es Cristal Stanford. Hace 10 años conocí a Ian Bullock, presencié parte de su vida y muerte. Actualmente, soy la única que lo recuerda.