Nada especial...
Realmente este escrito empezó siendo un borrador vacío. Un título que quedó allí en submit por casi una semana hasta que se asomara una idea fructífera. Una bola de plastilina a la que se le podía dar forma pero no sabía cómo, así que fui sincera: la mente está vacía.
O más bien, está llena de tantas ideas que me abruma y me ahogo en un soliloquio interminable que hace que un minuto parezca un mes. Pero son en su mayoría ideas desechables. Ayer indirectamente recibí una mala noticia que, sin dar muchos detalles, puedo decir que me cambió el panorama por completo. La mente está tratando de pasar eso por alto como pueda.
Hay un equilibrio entre la gran cantidad de factores internos y externos que provocan este desánimo.
¿Frustración?
Tal vez. Tal vez sería de ayuda el ejercicio de estar sentada en un cuarto completamente vacío todo un día con un papel y lápiz en la mano podría poner toda mi ****** junta de una buena vez. Pero mientras no tenga tal espacio a mi disposición no me queda más que mirar cómo pasan las horas, el día, los días... Mientras la barra titila en la pantalla mientras lo único que fluye son pensamientos culposos por razones desconocidas.
El autocompadecimiento es adictivo.
Hay un bloqueo que dificulta incluso el diálogo interno, y espero que todo esto sólo sea producto del mal sueño de las semanas recientes.
¿Qué hacer?
Procesarlo. Aceptarlo. Expresarlo.
No pretendo que esto sea la página de un diario, sino algo así como el tapón que hay que soltar sincerándome conmigo misma para que las ideas puedan fluir. Muy breve, pero lo dije... Y era lo que necesitaba.
"El autocompadecimiento es adictivo" cuanta razón, buen post @vanessacs
¡Gracias!