Viernes 8 de Septiembre | Tercera parte.
Fuente
La última vez que nos vimos.
Nada, sería la primera vez que fuera así, y quién sabe hasta cuándo continuaría siendo así. Por fin llegó mi turno, "No llores." dijo, "Tienes que calmarte, y tratar de calmar a mi mamá..." "No quiero que te vayas." fue lo único que supe decir mientras lo abrazaba como nunca lo había hecho, "Quédate quieto, nos volveremos a ver, tranquilo, por favor, cuida a mi niña y a mis abuelos, te los encargo." Me pasó a mi sobrina, ésta lloraba, seguramente porque todos lo hacíamos. Asentí, sólo eso pude hacer, lo solté y él se fue a subir en el autobús, en busca de una mejor vida para su familia y para él. La puerta se cerró y el autobús arrancó, y verlo partir fue la cosa más dolorosa que yo pueda recordar, y ahí me quede, con mi sobrina en brazos, con el corazón roto, pensando si se fue mirando atrás y con la esperanza de volverlo a ver.
Una historia corta pero real, un poco triste, de una realidad que viven cada día más personas en mi país, y ese es un poco mi consuelo, no soy ni el primero ni seré el último. Historias así habrá muchas, y quizás más trágicas, quizás con final feliz, pero ésta es la mía, y aquí, se las comparto.