El cancer y sus millones de anecdotas.

Hace un largo tiempo atrás un mal día se cruzo en mi vida luego de una llamada telefónica que al contestar escuché una voz quebrada que me decía, tenemos que hablar, mi corazón casi se salía de mi pecho de la angustia y la desesperación, era mi madre, dejé todo cuanto estaba haciendo y salí corriendo a verla, la distancia se me hacía cada vez más larga aunque en realidad me acercaba cada vez más.

Al llegar a la casa de mi madre, ella me abraza y con lagrimas en sus tiernos ojos me suelta de una vez unas palabras que fueron como un explosión en mi corazón…. Tengo cáncer…. En ese momento quise gritar, tirarme al piso, llorar desconsoladamente, pero le tomé sus manos y le dije… tranquila mami, todo va estar bien, ¿que es eso para nosotros? Tú eres una guerrera y lucharemos contra eso.

Poco a poco fueron llegando mis hermanos a consolar a mi madre por tan horrible noticia, comenzamos con los preparativos de la cirugía una mastectomía total del ceno izquierdo y todo fue un éxito, venía el siguiente paso, la quimioterapia, fue muy duro verla pasar por todo ese trance, pero ella dura sin doblegar ni un poco y llegó el día en que se terminaron finalmente las quimio y comenzaba el paso tres, la radioterapia, pienso que fue sencilla pero ella se veía más débil, pero allí estábamos dándole todo el ánimo posible, hasta que por fin se terminó todo, estábamos muy contentos porque ella había superado todo esa maléfica enfermedad.

Tiempo después… una pelotita apareció en su pecho, otra vez esa malvada llamada, pero esta vez sentí que era más grave que la anterior por ser unarecaída, fuimos al doctor nuevamente y el doctor nos comunica que esta vez es más agresivo que la primera, entonces quería tener el mismo optimismo que la primera vez pero había algo dentro de mí que no me lo permitía, estaba segura que era el final, pero igual le di mucho animo a mi madre! Me tocó llorar en silencio muchas veces, pero para ella mi sonrisa jamás cesó, se hizo las quimioterapias que asignó el doctor, se sentía bien y eso me daba tranquilidad, pasaron unos meses y llegaron los días de mayor trabajo para mí y no pude acompañar a mamá a sus últimas dos consultas, ella me dice que ya está de alta y yo me pongo feliz con dudas pero creyendo en ella, llaga la navidad, en la noche del 24 de diciembre luego de abrir los regalos con mamá, mi hija y mi esposo mi madre me pide que la lleve al hospital porque se sentía muy mal y el terror se apoderó de mi corazón… salimos corriendo y dejando a mi hija sola en casa me quedé en la emergencia del hospital con mi mamá hasta que amaneció el 25 a las 11 de la mañana me voy a casa para ver a mi hija y cambiarme de ropa.

Paso en mi casa no más de 2 horas, cuando me regreso al hospital busco la habitación donde habían pasado a mi madre y la veo allí en la cama inmóvil con la mirada triste y me ataca el pánico, salgo corriendo y pregunto a las enfermeras ¿qué había sucedido si cuando yo me fui ella hablaba y caminaba? Y ahora ella estaba sin habla y sin movilidad y es entonces cuando me dicen, ella está agonizando, tiene metástasis es cuestión de días u horas, veo el mundo caer ante mis ojos y me digo: me mintió…. Sabía que iba a morir y no me lo dijo, padeció unos días más hasta que el 2 de enero en la mañana luego de una misa en su cama ella suelta mi mano y abandona este plano…

El cáncer es un enemigo muy invasivo y destructivo para nuestros cuerpos. Incluso después del final del tratamiento el cuerpo permanece en un hoyo, a un lado de la vida para tratar de reparar los daños causados por el tratamiento de la enfermedad. Es un proceso doloroso y muy largo.

He decidido publicar esta anécdota para apoyar a familiares y amigos que han luchado con el cáncer, esta terrible enfermedad que afecta a quien la sufre, la padece y a sus parientes más cercanos y solo me resta decirles que el dolor sigue te acompaña por siempre y que es muy, pero muy grande