Un pequeño amor
Me arropa cada media sonrisa que en ti logro,
Cada mirada desprevenida que se oculta en paisajes
-aunque estos ya estén muertos-.
Cada carcajada que no tiene sonido,
pero si aires de esperanza.
Aunque se oculta en lo oscuro,
termina rompiendo cadenas,
porque lo que revela, es más pesado,
que lo que contenía.
¿A qué te sometes cuando aceptas?
A lo mismo que cuando no lo haces.
El reloj ya no marca la hora, sino la distancia,
una fuerte que se marca en viejas vivencias
y en la chispa que recorre el cuerpo
por cada vez acortarla un poco menos.
Energía, enlace, conexión
-cualquier cosa por no mencionar la palabra amor-
Te impulsa y te hace retroceder,
tan veloz que te hace ignorarlo,
pero tan decidido que te hace sentirlo,
en cada palabra, sonrisa, caricia
-o la falta de las mismas-.
Es evidente el corazón que ha sido acelerado
y la respiración que ha sido cortada.
Bueno o malo,
lleva tu nombre.