Mal uso de las palabras
El vocabulario escaso o el uso de la mala palabra es tan frecuente que poco o nada importa usar términos tan ordinarios, inapropiados, complejos y altisonantes, ya incluso se da el caso que se utiliza una misma palabra para dar sentido a múltiples cosas o circunstancias.
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Las palabras definen un propósito específico, son apropiadas para los términos adecuados, ya ni siquiera se utiliza la normal pronunciación, se quitan letras a las palabras, sobre todo cuando se pronuncia alguna en plural, y lo peor es quien escucha lo da por entendido aunque no comparta ese tipo de lenguaje.
Utilizar palabras precisas conlleva al buen entendimiento, muchas veces se da el caso que empleamos algunas sin tener conocimiento de su significado, dejando dudas y una mala impresión del interlocutor.
Una forma práctica del buen hablar es no caer en ambigüedades y modismos que tanto daño le hacen a la lengua hablada, se abusa de términos que no expresan nada en absoluto y que solo tienden a confundir, basta una definición mal empleada, que al no tener la sugerencia de la corrección en su momento, por el contrario, comienza a emplearse y pasa a formar parte de mal lenguaje cotidiano.
Una conversación como principio elemental la caracteriza el escuchar y ser escuchado, evitar decir vulgaridades, algo muy importante es no tutear, es aconsejable en la conversación no simulat familiaridad, por lo que dirigirse de Usted a la persona garantiza el respetuo mutuo que se ha de tener.
Los señalamientos como “esa cosa”, o “aquello de allá”, han sustituido los nombres que se le debe dar a cualquier objeto o lugar, y aunque esté incorrecto se acepta como si denotara alguna precisión, es una nueva forma de maquillar nuestro lenguaje, en otras palabras y a modo de ejemplo, el pan es pan y no un pedazo de eso.
No pretendo con estas sugerencias precisar o imponer una regla a cumplir, solo se trata de compartir opiniones y que bien nos pueden resultar útiles a la hora de escribir o redactar, pero lo que más llama mi atención es el mal uso y la exageración como se utilizan algunas palabras de nuestro castellano o español, como lo prefieran más, ya que siempre ha sido tema de controversia, aunque se usa para designar la lengua común de España y países hispanoamericano o hispanohablante.
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Voy a citar algunas entre las muchas mal utilizadas a diario.
Una palabra de la que se abusa constantemente es problemática, un adjetivo que se está utilizando como sustitutivo de problema.
Es muy frecuente escuchar que específicamente la antepongan para precisar una dirección, siendo que específico caracteriza una especie de otra.
Se debe evitar utilizar el verbo apostar en su acepción metafórica de aspirar.
Monitorear, un verbo transitivo que define el seguimiento que se realiza a través de monitores, por lo que no es lo mismo que una vigilancia o una inspección que se realiza a un lugar determinado.
Arruinar, un verbo que se sustituye por dañar, tenemos que la ruina es destrucción, el estado en que queda algo luego de un causar un grave daño.
Normativa, un adjetivo que definitivamente ha sustituido las palabras normas o reglamentación.
También se utilizan palabras del inglés y se reemplaza por las del español, y aunque muchas han sido aceptadas en plural es tan sencillo y fácil pronunciarlas en nuestra lengua.
Souvenir, cuyo significado es el de un recuerdo.
Staff, refiere a una plantilla mayor o de un equipo directivo etc.
Status, traduce sobre el nivel social.
Stock, la existencia o el inventario de almacenamiento.
Récord, marca, registro, palmarés.
Schock, traducir sencillamente por conmoción.
Rally, una carrera de automóviles.
Hobby, un pasatiempo o si se prefiere afición.
Boom, auge, apogeo o furor.
Container, contenedor.
Versus, tan fácil decir contra.
Eslogan, muy usada, para ello tenemos un lema o consigna.
Leyendo acerca de consejos para la buena redacción leía "No escribas como hablas" esto me llamó la atención poderosamente y creo que va en relación con este último párrafo que compartiste, hay una relación entre hablar y escribir, lo ideal sería que habláramos tan bien como escribirnos, y verdaderamente, escribir BIEN. Yo aconsejaría hablar como escribes.
Estoy de acuerdo con lo expresado en esta publicación, al igual que aprendiendo otro idioma es cuestión de práctica y nunca se detiene el aprendizaje, nosotros aún podemos aprender más de éste nuestro idioma.