No soy tanto como piensas. Simplemente soy una minúscula parte de la composición de este universo; no tengo triunfos ni derrotas, solo vivencias. lo impredecible de mi es que soy demasiado predecible. Vamos no te engañes a ti mismo, lo sabes, no hay nada único ni original en mí. Tengo miedos como todos, tengo máscaras como todos, soy igual a ti, soy igual al mundo. Soy egoísta pues a pesar de todo siempre pienso en mí, pero...¿quién no lo hace?. Soy un libro abierto, no sé por qué aun no te das cuenta. He sufrido, pero también he amado, he reído, pero más he llorado; de felicidad como de tristeza o a veces simplemente he llorado. Aún no encuentro mi propósito en el mundo. Se muchas cosas, pero también sé que me faltan millones más por saber. intento vivir mi día a día al máximo, y por más que tenga un plan, al final no tengo ninguno. Le doy importancia a muchas cosas tan rápido y así de rápido dejan de importarme, mi corazón es de cristal, pero lo cubre el acero. esa soy yo, así de simple, así nada mas. ¿La soledad? Mi hostigadora eterna, por más que quiera alejarme de ella, busca la manera de volver a toparse en mi camino. Sigo a la espera de que alguien me salve, soy una tonta lo sé, pero no puedo evitar confiar en todos,la hipocresía y la vanidad son cosas que por más que intento no logro entender. Así no lo quiera todos terminan jugando conmigo, soy una muñeca de trapo en esta sociedad sin alma.
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Todos tenemos una adicción y la mía me gusta pensar es el sexo, desde muy temprana edad lo supe, ¡Dios! nada me gustaba más que sentir lo caliente de mi vagina y correrme sobre las sábanas. Tendría unos 6, quizás 7 años cuando me masturbe por primera vez...o quizás lo hago desde que tengo memoria. A pesar de eso no lo llevo a extremos de usar juguetes o darme placer sola. Prefiero y de hecho disfruto, el seducir a otros para obtener el placer que quiero, eso es lo que llena mi ego. Me gusta pensar en mi cuerpo como un templo, del que no todos pueden ser partícipes, creo que me amo más a mí y a mi desnudez de lo que he podido amar a cualquier otra persona, me he definido en ocasiones como la lujuria misma de los hombres y jugar con ellos para mí es todo un deleite. Saber que los puedo tener en mi poder, haciéndolos pensar que ellos tienen el control cuando la verdad es que mis besos son su perdición. La humanidad es miserable, y me avergüenza ser parte de ella, y es que yo soy mucho más... todos son simples marionetas de la sociedad y la sociedad ¿qué es?. Vivo en la oscuridad, bajo la sombra de un pequeño capullo que se marchita desde adentro con cada herida. lo desprecio todo, para mí nada tiene valor. ¿la soledad? una vieja amiga que me reconforta y me hace pensar que todo es efímero. Quizás ya esté condenada y cualquier acto que haga para redimirme sea en vano, pero quiero confesar que no me arrepiento de nada. ¿Quieres jugar? Te invito a jugar conmigo, pero te advierto que al final la única que se divierte soy yo.
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