Eterna Sonrisa - Capítulo 2 [Horror]
31-08-10
Son las diez de la mañana. Mis padres han salido temprano. He disfrutado durante una hora de verdadera paz. Pero ya no es tiempo de relajarse, así que voy a poner a la obra un plan que me da mucho, mucho miedo. Estoy muy asustada, pero aquí vamos. Cuando termine volveré a escribir.
Acabo de hacer algo muy horrible… son la una de la tarde… siento mucho dolor, muchísimo dolor, una pérdida muy grande, todavía no puedo creer lo que he hecho.
Aunque ya lo he perdido todo, nunca me imaginé perdiendo esto. Ahora me trae toda esa depresión acumulada y no puedo dejar de llorar. Todavía siento un dolor insoportable, mis manos están temblando de la agonía. Ahora escribiré qué he hecho en la primera parte de mi plan.
Es difícil si quiera tratar de describirlo pero, me he cortado la cara. Me he cortado las mejillas… es mi última oportunidad, estoy desesperada. Me las he cortado en forma de sonrisa, y una muy grande. Sé que parece una locura, pero estoy segura de que ellos no tienen la capacidad de distinguir la diferencia entre ésta y su sonrisa.
Es obvio que hay una gran diferencia entre una sonrisa a propósito y una hecha con un corte, lo lógico sería que se dieran cuenta, pero incluso siendo ese el caso, esto no llamaría la atención, ya que ellos acostumbran hacer cosas peores que ésta. De hecho, ellos se hacen cosas horribles en su cuerpo… hasta el punto de cortarse horriblemente la piel por “arte”.
Como prueba, les envié una foto a mis padres así por internet. Ellos me preguntaron por qué lo hice, yo les dije “se ve genial”. Ellos sólo me contestaron “Nos alegra que te expreses libremente”. Luego de tener la conversación más incómoda que he tenido con ellos en mi corta vida, me despedí brevemente y ellos de mí, cerré la laptop y me acosté a llorar, no pude evitarlo.
Por si alguna vez esto lo encuentra una persona extremadamente morbosa y se pregunta cómo me corté la cara. Pues, fui al baño de mi habitación y allí lo hice con el cuchillo más afilado de la casa, para que fuera más rápido. Los gritos, la cantidad de sangre y el dolor eran muchos.
Por supuesto, tomé todas las medidas de seguridad, desde líquidos esterilizantes hasta bebidas para la pérdida de sangre. He gastado todos mis ahorros, inútiles en un mundo así de todos modos.
No podré salir hasta mañana, los vendajes me cubren desde el cuello hasta debajo de la nariz. Sin embargo, no dejo de sentirme culpable. No estoy nada de acuerdo con maltratar el cuerpo, y obviamente hay que estar loco para hacer algo así a menos que sea por un muy buen motivo, como el que no te maten.
Han pasado varias horas. Ya preparé mi mochila y mi maleta con todo lo que necesito. Ya está oscuro, estoy escribiendo desde mi celular, acurrucada en la cama. Espero que todo salga bien mañana. El plan está meticulosamente hecho y me siento mucho más aliviada ya terminada la primera parte. Sin embargo, todavía siento mucho miedo.