Día internacional de la Mujer - Heroínas de la historia y la cultura.
Durante el transcurso de nuestras vidas, todos nosotros escogemos a alguien a quien admirar, ya sea por las hazañas que logro, o porque simplemente nos inspira a ser mejores personas cada día, inculcándonos valores que distinguen la nobleza del ser humano.
Hoy es un día muy especial para nosotros, ya que es el día internacional de la mujer, un día que nos recuerda las hazañas heroicas (dignas de una historia de la diosa Epona) de las mujeres que dieron como resultado un mundo más equitativo (aun con sus fallas), y que me recuerdan a mí, a las mujeres presentes en mi vida a las cuales admiro y me inspiran a ser mejor persona todos los días.
Personalmente, siento mucha admiración hacia mi madre, una excelente profesional, una luchadora social incansable, y no es para menos (estoy seguro que la mayoría de nosotros sentimos admiración por nuestras madres).
Sin embargo, también hay personajes históricos que también nos han inspirado a lo largo de nuestras vidas, mujeres destacadas en sus aéreas, que nos probaron lo equivocados que estábamos todos nosotros, y que por sus hazañas marcaron un antes y un después.
Es por eso que en este día tan especial, les traigo 4 mujeres que en mi opinión, marcaron la historia:
1. Irena Sendler
También conocida como "El ángel del gueto de Varsovia". Nació el 15 de febrero de 1910 en Otwock, Varsovia. De familia católica, Irena decidió dedicar su vida a los demás y se hizo enfermera. En 1939, cuando Alemania invadía Polonía, Irena, que trabajaba en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, trabajaba duro en los comedores comunitarios de la ciudad. A pesar de ser católica, siempre tuvo simpatía por los judíos, que en la segunda guerra mundial, no dudo en ayudar.
En 1940, Irena se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, conocido como Zegota, como miembro del cuerpo sanitario para encargarse de paliar los casos de enfermedades contagiosas. Ante la amenaza de una epidemia de tifus, los nazis fueron permisivos con las personas que entraban en el gueto para intentar frenar la enfermedad.
Además de ayudar a otras enfermeras no judías a introducirse en el gueto, Irena pronto vio se dio cuenta de que aquel espacio controlado y vigilado sólo podía ofrecer un futuro oscuro para sus habitantes. Así que decidió buscar la manera de sacar del gueto al menos a los más pequeños. Era una decisión terrible para las madres que debían desprenderse de sus hijos pero en muchas ocasiones era la única manera de salvar sus vidas. Muchos de sus padres terminarían falleciendo en los campos de concentración a los que los judíos del gueto de Varsovia fueron trasladados.
La manera más sencilla de sacar a los niños del gueto era mediante las ambulancias que trasladaban a los más graves a los hospitales de fuera del espacio controlado. Pero pronto tuvo que buscar otros métodos para hacerlo. Desde colocarlos dentro de bolsas de basura hasta en ataúdes, cualquier idea era bienvenida.
En algún momento, los Nazis se enteraron de sus actividades clandestinas, y en 1943 fue detenida por la Gestapo, el servicio de inteligencia Nazi y llevada a la prisión de Pawiak, donde fue brutalmente torturada ya que ella era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos. Soportó la tortura y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos.
Fue sentenciada a muerte, sin embargo, mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un "interrogatorio adicional". Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!". Al día siguiente halló su propio nombre en la lista de los polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes, e Irena continuó trabajando con una identidad falsa.
Irena Sendler salvo la vida de 2.500 niños judíos. Una vez terminada la guerra, Irena desenterró las listas con los nombres de los niños y la entregó al Comité de salvamento de los judíos supervivientes, sin embargo, se comprobó que la familia de la mayoría de los niños, murieron en los campos de exterminio.
Los niños sólo conocían a Irena por su nombre clave "Jolanta". Pero años más tarde, cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra, un hombre la llamó por teléfono y le dijo: "Recuerdo su cara, usted es quien me sacó del Gueto." Y así comenzó a recibir muchas llamadas y reconocimientos.
Fue candidata al Premio Nobel de la paz, en 2007, aunque finalmente no resultó elegida. Sin embargo, fue reconocida como Justa entre las naciones y se le otorgó la más alta distinción civil de Polonia al ser nombrada dama de la orden del Águila Blanca.
Irena Sendler falleció en Varsovia, el 12 de mayo de 2008. Tenía 98 años.
2. Teresa Carreño
María Teresa Gertrudis de Jesús Carreño García, o mas conocida como "Teresa Carreño", nació en Caracas, Venezuela, el 22 de diciembre de 1853. Concertista y compositora venezolana de fama mundial, considerada como la más grande pianista de su época. Hija de Manuel Antonio Carreño y de Clorinda García de Sena y Toro. Inició sus estudios de piano con su padre y los continuó con Julio Hohené.
Demostrando su maestría en el piano a una muy temprana edad, inicio su talentosa carrera con tan solo de 9 años, dando su primer concierto en Nueva York, el 25 de noviembre de 1862, en el teatro Irving Hall. En su estancia en Nueva York, recibió lecciones del famoso pianista norteamericano de origen alemán Louis Moreau Gottschalk.
Luego de pasar una temporada en La Habana, Cuba, se trasladó a Estados Unidos donde en Otoño de 1863 ofreció un concierto en privado en la Casa Blanca para el presidente Abraham Lincoln. Como Carreño sabía que al Presidente Lincoln le gustaba la música compuesta por su maestro Gottschalk, tocó varias de piezas de su autoría. Como anécdota refiere el escritor Kenneth Bernard, citando palabras escritas varios años después por la pianista, que la niña se dio cuenta de que el piano del recinto presidencial estaba desafinado y declaró que no tocaría más. Como respuesta, Lincoln le dio unas palmadas en el hombro y le pidió que tocara, una de sus canciones favoritas: "El ruiseñor". Carreño la interpretó con algunas variaciones, respecto del tema original, siendo aun una niña.
En 1866, se radicó en París. Allí tocó ante Pedro Roberto José Quidant, Gioacchino Rossini y Frank Liszt, quien propuso darle clases si se trasladaba a Roma, lo que no pudo llevar a cabo por razones económicas. Residenciada en París, inició su carrera de concertista que la llevó a visitar todos los países de Europa, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y África del Sur, ejecutando importantes piezas clásicas y románticas, acompañada de las más importantes orquestas dirigidas por eminentes maestros.
En 1873 se casó con el violinista Emile Sauret, pero se divorció en 1875 para casarse al año siguiente, con el cantante de ópera Giovanni Tagliapetra. Posteriormente, con su segundo marido funda una empresa de conciertos, la Carreño-Donaldi Operatic Gem Company. A mediados de 1885, volvió a Venezuela luego de una ausencia de 25 años, al ser invitada por el presidente Joaquín Crespo a dar un concierto en Caracas.
Después de una instancia en Venezuela, donde genero algunas polémicas, volvió a Europa. Teresa Carreño se desempeñó como solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín. En esta ciudad, donde había fijado su residencia, ya divorciada de su segundo marido, conoce al pianista Eugêne D'Albert con quien se casó se casó el 27 de julio de 1892, divorciándose luego por tercera vez en 1895. Finalmente, en 1901, se casaría por cuarta y última vez con su cuñado, Arturo Tagliapetra. Al estallar la Primera Guerra Mundial, inició una gira por España, Cuba y Estados Unidos donde falleció, víctima de un agotamiento general debido a los largos años de excesivo trabajo.
Entre sus obras como compositora figuran: Himno a Bolívar; Saludo a Caracas; el vals A Teresita, dedicado a su hija; el Cuarteto para cuerdas en si bemol y el Bal en revé opus 26. Sus cenizas fueron traídas a Venezuela en 1938 y desde el 9 de diciembre de 1977 reposan en el Panteón Nacional.
En su honor, el principal complejo cultural de Caracas, inaugurado en 1983, lleva su nombre.
3. Valentina Tereshkova
Valentina Tereshkova, nacida en la aldea de Bolshoye Máslennikovo en el distrito de Tutayevsky, al centro de Rusia, en 1937, es una ingeniera rusa que como cosmonauta se convirtió en la primera mujer, y a la vez el primer civil, que ha volado al espacio, habiendo sido seleccionada entre más de cuatrocientos aspirantes y cinco finalistas para ser piloto del Vostok 6, lanzado el 16 de junio de 1963. Completó 48 órbitas alrededor de la Tierra en sus tres días en el espacio. Para unirse al Cuerpo de Cosmonautas, Tereshkova fue incorporada de manera honoraria a la Fuerza Área Soviética, siendo así la primera civil en volar al espacio.
Antes de su reclutamiento como cosmonauta, Tereshkova fue una obrera que trabajaba en una fábrica textil y paracaidista aficionada. Después de la disolución del primer grupo de cosmonautas femeninos en 1969, fue un prominente miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética, participando en varias oficinas políticas. Permaneció activa en la política tras el colapso de la Unión Soviética y es considerada como una heroína en la Rusia post-soviética.
El 16 de febrero de 1962, Valentina Tereshkova fue seleccionada para unirse al cuerpo de cosmonautas femenino. De las más de cuatrocientas candidatas, cinco fueron seleccionadas: Tatiana Kuznetsova, que había sido egresada como piloto de caza del Instituto Aéreo de Moscú, Irina Soloviova, que era miembro del equipo nacional de paracaidismo de la Unión Soviética, Zhanna Yérkina, maestra de escuela, Valentina Ponomariova experta paracaidista y Tereshkova. Los requerimientos incluían que fueran paracaidistas menores de 30 años de edad, menores de 1.70 metros de alto y menores de 70 kg de peso.
Tereshkova fue considerada como una candidata particularmente digna, en parte debido a su origen "proletario", y porque su padre, el líder y sargento de tanque Vladimir Tereshkov, fue un héroe de guerra. La capacitación incluyó vuelos de ingravidez, pruebas de aislamiento, pruebas en centrifugador, teoría de cohetes, naves espaciales de ingeniería, 120 saltos en paracaídas y formación de pilotos en aviones de combate MiG-15UTI. El grupo pasó varios meses en un entrenamiento intensivo, concluyendo con exámenes en noviembre de 1962, después de lo cual a las cuatro candidatas restantes fueron nombradas subtenientes de la Fuerza Aérea Soviética. Tereshkova, Solovyova y Ponomaryova fueron las otras principales candidatas, y se desarrolló un programa de misiones que permitiría que dos mujeres volaran al espacio, en dos vuelos Vostok en días consecutivos en marzo o abril de 1963.
En la mañana del 16 de junio de 1963, Tereshkova fue vestida con el traje espacial correspondiente, y fue llevada en autobus a la plataforma de lanzamiento en autobús. Después de completar sus comunicaciones y chequeo de soporte vital, ella fue sellada dentro de la Vostok. Después de una cuenta de dos horas, el Vostok 6 fue puesto en marcha sin errores, y Tereshkova se convirtió en la primera mujer en llegar al espacio.
Aunque Tereshkova experimentó náuseas y malestar físico durante gran parte del vuelo, dolor en el cuello por lo pesado del casco, orbitó la Tierra 48 veces y estuvo casi tres días en el espacio. Con un solo vuelo, registró más tiempo de vuelo que la sumatoria de todos los tiempos de todos los astronautas estadounidenses que habían volado antes de esa fecha. Tereshkova también mantuvo un registro de vuelo y tomó fotografías del horizonte, que serían utilizadas para identificar las capas de aerosol de la atmósfera.
En 1997 se retiró de la fuerza aérea y del cuerpo de cosmonautas.
En 2013, Tereshkova con 76 años, sorprendió a todos expresando su deseo de viajar a Marte, aunque el viaje fuera sólo de ida.
4. Marie Curie
Maria Salomea Skłodowska-Curie, o mas conocida como "Marie Curie", nacida el 7 de noviembre de 1867, en Varsovia, Polonia. Ganadora de dos Premios Nobel, uno en Física y otro en Química, siendo la primera persona en lograr esta hazaña. Investigó la radiactividad del uranio y descubrió dos nuevos elementos, el polonio y el radio.
Nació en Varsovia, en lo que entonces era el Zarato de Polonia, en ese momento, era un territorio administrado por el Imperio ruso. Estudió clandestinamente en la "universidad flotante" de Varsovia y comenzó su formación científica en dicha ciudad. En 1891, a los 24 años, siguió a su hermana mayor Bronisława Dłuska a París, donde culminó sus estudios y llevó a cabo sus trabajos científicos más sobresalientes.
En 1897, Marie y Pierre Curie, su marido y profesor de Física en la Escuela Industrial de Química y Física de París, discuten el tema que abordaría Marie para su doctorado. Dos años antes, el físico alemán Wilhelm Roentgen informó sobre la existencia de una radiación desconocida hasta entonces: la llamó rayos X, y era capaz de atravesar algunos elementos sólidos y producir fotografías de huesos.
Con la comunidad científica enfocada en la novedad de los rayos X, Pierre y Marie decidieron enfocar el doctorado de Marie en los rayos producidos por el uranio, ya que pocos meses después del descubrimiento de los rayos X, el físico francés Henri Becquerel observó que una muestra de un mineral de uranio producía rayos que eran capaces de revelar una placa fotográfica. Sin embargo, este resultado no atrajo gran atención. Estos rayos no eran tan intensos como los rayos X, y solo estaban asociados a los minerales de uranio, mientras que los rayos X se podían producir fácilmente en cualquier laboratorio.
Un tema con menos competencia e inexplorado parecía más adecuado para los modestos recursos que tenían. Para sus estudios, contaban con un poderoso instrumento: un electroscopio equipado con un piezoeléctrico, un instrumento desarrollado por Pierre Curie y su hermano Jacques, permitía medir las débiles corrientes eléctricas que generaba la ionización del aire producida por los rayos del uranio, a los que Marie bautizó como radiactividad. Becquerel ya lo había utilizado, pero Marie alcanzó una gran destreza en su manipulación, lo que le permitió medir la cantidad de radiactividad asociada con cada muestra.
Marie comenzó a medir la radiactividad de todos los minerales a los que tuvo acceso. Todos los compuestos de uranio presentaban radiactividad, y esta no dependía de la naturaleza del compuesto, de su temperatura, o de si era una pieza sólida o un polvo: solo importaba la cantidad de uranio presente en la muestra. A esta observación pronto se agregó otra: la presencia de otro elemento, el torio, que también estaba asociado a la radiactividad, aunque su potencia solo dependía de la cantidad de torio en la muestra.
La idea estaba cobrando resultados impresionantes. Según las palabras de la propia Marie:
Llegué a la convicción de que la emisión de rayos por los compuestos de uranio es una propiedad del metal mismo, es decir, una propiedad atómica del elemento uranio.
La radiactividad no dependía de las propiedades físicas o químicas de los compuestos, sino que la sola presencia de los átomos era suficiente para generarla. Esta idea fue planteada en 1898, y tuvo un impacto enorme. Recordemos que en ese entonces apenas se reconocía la existencia de los átomos, por lo que atribuirle una propiedad era novedoso y a la vez problemático, porque abría la cuestión acerca de cuál era el mecanismo por el que los átomos producían radiactividad.
La exploración de muestras de minerales trajo otros resultados inesperados. El uranio se explotaba comercialmente para la fabricación de cerámicas, y se lo extraía de un mineral llamado pechblenda. Como era de esperar, la pechblenda presentaba radiactividad, ya que contenía uranio, pero lo sorprendente es que este mineral era cuatro veces más activo que los compuestos de uranio purificados que mostraban mayor actividad. Este resultado parecía inexplicable. Marie había examinado todos los elementos conocidos, y solo el uranio y el torio habían demostrado ser radiactivos, pero en menor medida que la muestras de pechblenda. Llego a la conclusión de que existía un nuevo elemento.
Con la ayuda de Pierre, Marie se embarcó en la tarea de aislar este nuevo elemento. Dado que la composición de la pechblenda era bien conocida, el nuevo elemento debía estar en una proporción muy baja para que no hubiera sido observado previamente. Los Curie sabían que sería trabajoso separarlo de los otros 30 elementos presentes en el mineral, pero no anticiparon lo difícil que resultaría la tarea. En julio de 1898 identificaron e informaron la presencia de un nuevo elemento al que llamaron polonio, en honor a la Polonia natal de Marie, y en diciembre otro nuevo elemento, el radio.
Fueron necesarios cuatro años más de trabajo, y 10 toneladas de pechblenda para aislar tres décimas de gramo de cloruro de radio, que permitieron determinar su masa atómica. En 1911, Marie Curie fue la solitaria ganadora del premio Nobel de Química por el descubrimiento del polonio y el radio.
Compartió el premio Nobel de Física de 1903 con su marido Pierre Curie y el físico Henri Becquerel. Años después, ganó en solitario el premio Nobel de Química de 1911. Aunque recibió la ciudadanía francesa y apoyó a su nueva patria, nunca perdió su identidad polaca, enseñó a sus hijas su lengua materna y las llevaba a sus visitas a Polonia.
Murió el 4 de julio en el sanatorio Sancellemoz, cerca de Passy, a causa de una anemia aplásica, probablemente contraída por las radiaciones a las que estuvo expuesta en sus trabajos.
Sin duda, mujeres que marcaron un hito en la historia, ¿Ustedes que opinan?
Fuentes:
http://www.mujeresenlahistoria.com/2014/09/el-angel-de-varsovia-irena-sendler-1910.html
https://www.venezuelatuya.com/biografias/carreno.htm
https://elpais.com/especiales/2018/mujeres-de-la-ciencia/valentina-vladimirovna-tereshkova.html
https://www.educ.ar/recursos/113670/marie-curie-y-el-descubrimiento-del-radio