Qué delicadeza para describirlo! Recuerdo cuando era niño (7-8) años, era ya un ávido lector de literatura, y no precisamente de material para niños... Encontré en una escombrera unos libros que tenían más de 60 años, un tesoro para mí... El olor al abrirlos era difícil de describir, para nada desagradable pese haber sido abandonados, eran como un "gran reserva", con matices de moho y olor a añejo, pero con ese inconfundible olor a tinta y papel que tan bien describes... Enhorabuena @anypascual