Micro relato #2-La Inmortalidad
Quizás deberías dejar de leer esto. La historia que se narra más adelante puede que no sea de tu agrado. Tal vez deberías coger un libro con una cubierta de colores y algún título como “Las Maravillosas Aventuras del Poni Rosa” y abandonar esta narración. Pero, si quieres seguir adelante, continúa, yo no puedo hacer nada para detenerte con estas palabras. Si continúas, entonces deja que te cuente la historia:
“Hubo una vez un gato que no tenía miedo al agua. Un día, aquel animal cayó a un rio, y comenzó a ser arrastrado por la corriente. Sin embargo fue salvado por una ninfa de río. Ambos se hicieron amigos. La ninfa le contó al gato que ella estaba enamorada de un ser inmortal, pero debido a su propia mortalidad, estar con él era imposible.
-Yo tengo siete vidas, y aún me quedan cinco-dijo el gato-. En esas vidas, he oído hablar de un mágico tesoro, que concede la inmortalidad. Deja que te traiga el tesoro, y así podré devolverte el favor que me hiciste al salvarme la vida.
Sin embargo, la ninfa de río rechazó la oferta, alegando que, para ella, todo era más precioso debido a su mortalidad.
El gato, no obstante, ignoró las palabras de la ninfa, y se dirigió a la cueva donde descansaba el mágico tesoro. Se abrió paso entre innumerables peligros, a través de cámaras heladas y fríos caminos hasta llegar a la sala, completamente tallada en hielo, donde aguardaba el tesoro: una pequeña gema de color azul.
El gato avanzó hasta la joya, pero a mitad de camino fue sorprendido por un repentino temblor.
Entonces la ninfa de río apartó al gato, cogiéndolo en brazos, protegiéndole de los enormes carámbanos de hielo que se habían precipitado hacia él desde el techo helado.
Preocupada por su amigo, la ninfa había seguido al gato hasta la cueva. Y ahora, ella estaba herida, atravesada por los fríos carámbanos.
-Ya me has salvado dos veces, ninfa, deja que te devuelva el favor-suplicó el gato.
Al no recibir respuesta, el felino alcanzó la gema de al otro lado de la sala y regresó junto a la ninfa... y pagó su deuda.”
Tal vez quieras dejar de leer ya. No, este no es el final de la historia, pero quizás no quieras escuchar el auténtico final.
Al fin y al cabo, este final tan ambiguo no está mal, y podrás pasarte las horas muertas imaginando que le habrá pasado a la ninfa, ahora que es inmortal.
...
Aunque, tal vez, prefieras un final feliz a un final ambiguo. En éste caso te daré lo que quieres.
“La ninfa, con su último aliento, cogió la gema entre sus manos. Sus heridas sanaron y rápidamente recuperó sus fuerzas. Ahora que era inmortal, podía estar con su amado. Y ella y el gato, al que aún le quedaban cinco vidas para vivir, siguieron siendo amigos mucho tiempo.”
He aquí el final feliz. Sin embargo, debes saber que éste tampoco es el auténtico. Deberías dejarlo aquí y quedarte con un buen sabor de boca. Pero, tal vez, te pases la vida preguntándote qué le habrá pasado a la ninfa en realidad. Piensa detenidamente si quieres continuar, tal vez el verdadero desenlace no sea de tu agrado.
...
Aunque quizás seas demasiado curioso como para conformarte con unos finales falsos. En tal caso escucha el autentico desenlace:
“La ninfa, con su último aliento, cogió la gema entre sus manos. En el momento en que toco la joya, la ninfa empezó a cambiar. Su cuerpo, antes de agua, se volvió solido y de hielo, eterno. Escuchó a la gema hablarle de los secretos de la nieve y el hielo. Y todo en ella se volvió frio. Ahora era inmortal.”
Este es el verdadero final de la historia. Te preguntarás si finalmente la ninfa pudo estar con el ser inmortal al que tanto quería. Lo repetiré: “Todo en ella se volvió frio”, incluido su corazón.
La joya la acompañó siempre, incrustada en una tiara que siempre llevaba puesta, y de ser una ninfa de río pasó a ser una “Reina de hielo”.
El gato, al ver lo que le había hecho a su amiga, se alejó de ella para protegerse, ya que al parecer, ni con él era amable.
Tal vez el verdadero final no te haya gustado, y hubieses preferido el final feliz, o incluso el ambiguo. O coger el ejemplar de colorida tapa que lleva por título “Las Maravillosas Aventuras del Poni Rosa”. Solo tengo tres palabras para ti en ese caso: “Te lo advertí”.
Genial, sin lugar a dudas, genial.
Muchísimas gracias. #^^#