Quiero compartir un poco como fue ese día para mí, para comenzar ya llevaba una semana algo estresada y nerviosa, unos días antes del acto aun no tenía el vestido listo porque había bajado de peso y tenían que volver a entallarlo, se pueden imaginar cómo me sentía, lo único que pasaba por mi cabeza en ese momento era que no tenía nada que ponerme, el vestido me lo entregaron un día antes del acto, esa noche pude dormir tranquila.

A la mañana siguiente me levanté temprano y ayudé a mi mamá con algunas cosas de la casa, mientras esperábamos que se hiciera la hora para que nos vinieran a maquillar y arreglar el cabello, esta fue una de mis parte favoritas del día (me encanta todo lo que tiene que ver con maquillaje y belleza, luego les subiré un post contándoles un poco sobre este hobbie). En lo que estuvimos lista nos comenzamos a arreglar porque ya se acercaba la hora para salir.

Al llegar aprovechamos de hacer algunas fotos familiares y otras con mis compañeros, mientras esperábamos a que comenzara el acto, el mismo se llevó a cabo en el Aula Magna de mi Universidad, para el acto estuvieron presentes aproximadamente 150 graduandos de ocho menciones. Las fotos estuvieron a cargo de un buen amigo fotógrafo que para mi opinión quedaron bellísimas.

Antes de entrar al Aula Magna nos pidieron que nos colocáramos en formación, aquí fue donde por fin me di cuenta de que ya había llegado el gran momento, me sentí nerviosa y algo ansiosa, me repetía en la cabeza: “no te vayas a caer por la escaleras”. El momento de ingresar al auditorio fue mágico, todos nuestros amigos y familiares recibiéndonos con un fuerte aplauso, y dándonos las felicitaciones por haberlo logrado, esa fue una de las mejores sensaciones.

Luego todos tomamos asiento y se dio inicio al acto ceremonial para la imposición de la medalla y entrega del título por parte del rector, cuando finalmente le tocaba a mi mención subir a recibir el título yo era la primera en pasar, en ese momento al escuchar mí nombre mi corazón latía fuerte, todo fue muy rápido subí, caminé hasta donde estaba el rector, hice una reverencia y le entregué la medalla para que me la colocara, luego me hizo entrega del título y me dio sus felicitaciones, yo no podía creer todo lo que sucedía, fue el momento más feliz de mi vida, un momento que jamás olvidaré.

Después de que todos recibimos el título una de las graduandos con mejor promedio de todas las menciones dio un discurso, ya aquí comenzó la lloradera porque nos hizo recordar todo lo que vivimos en la universidad, por todos los retos que tuvimos que afrontar, compañeros que por alguna razón ese día no pudieron estar, seres queridos que físicamente no estaban presente y muchísimas otras cosas que movieron nuestros sentimientos, por último el rector dirigió unas palabras y nos dio nuevamente sus felicitaciones a todos los graduandos.