Él era diferente, pero yo le importaba.

Demostraba poco, pero sé que le interesaba.

Siempre tenía excusas, pero aún así era significativa para él.

Colocaba distancia, pero no me importaba.

Me hacia desplantes una y otra vez, pero hacia caso omiso.

Salía con otras chicas y lo sabía, pero lo perdonaba.

Jugaba siempre con mis sentimientos, pero lo excusaba.

Decía que me quería, siempre fue mentira.

Decía que yo era la primera, sin duda alguna lo era, pero la primera de una larga lista de chicas.

Fui aceptando el hecho de que nada era cierto, que solo era yo, tratando de mentirme, creyendo e imaginando cosas que nunca pasaron y que él nunca hubiese hecho por mí.

Solo era yo, fantaseando que me quería de verdad como yo lo quería a él.

Solo era yo, una chica que se dejó llevar por la soledad y el encanto de un chico aventurero, que no le importaba nada, solo quería pasar el rato.

Solo era yo, cegada por eso que llaman amor.