Ella. Su primera vez. Parte II

Luego de aquella despedida, ella siguió con su vida.

Ella no supo más de él, después de aquel día, es ahí donde ella se da cuenta que para él no fue de tanta importancia.
Paso mucho, mucho tiempo desde aquella despedida, ella se había resignado ha ya no verlo más. Pero, de pronto, eso cambió un día, él apareció, la busco de nuevo y le pidió que estuvieran juntos otra vez, que hicieran el amor una vez más, ella aceptó, quería experimentar nuevamente, quería saber si sería doloroso como la primera vez, si sentiría aquel placer y regocijo que sintió.

Regresaron ese mismo lugar de aquella vez, seguía viejo y desaliñado.

Esta vez ella no sentía miedo, ni nervios, solo sentía curiosidad. Él cerró todo como lo había hecho antes. Hizo lo mismo, la rodeo por la cintura y beso su cuello, ella se deja llevar, pero esta vez fue más espontanea, esta vez sabia de que se trataba, solo quería estar pegada a él y que le hiciera sentir lo que aquella vez. Se comenzaron a quitar prenda a prenda, esta vez con más pasión, Todo era distinto, había más lujuria, más deseo, se sentía más plena, con más seguridad. Llega el momento del coito, no poseía tanto dolor, fue placentero, algo diferente, él hizo algo que la primera vez no, él bajo hasta sus piernas y coloco una a una en cada uno de sus hombros y comenzó a hacer algo con su boca, ella experimento una sensación de escalofríos y una corriente bastante placentera. Ella se sintió dicha y fascinada, sintió sensaciones diferentes, sensaciones desconocidas, pero sin duda muy agradables. Terminó todo, el coito llegó a su fin, habían saciado su deseo. Pero, esta vez sucedió algo diferente, no se fueron, decidieron quedarse juntos, pasar la noche uno al lado del otro, otra cosa nueva para ella.
Pasa la noche y llega el día. Él comenzó a acariciarla, a ella le gustaban sus caricias y se deja llevar, están juntos de nuevo, el deseo se apodera de ellos una vez más. Se enciende la pasión de nuevo, el coito es con más fuerza, se desenfrena la lujuria, ella comienza a experimentar algo nuevo, arriba a éxtasis, ese estado que por un momento te desconecta de la realidad, ella sintió que llegó a las estrellas, sintió cosas inexplicables cosas que abarrotaron en su totalidad.
Ella no quería que esa sensación acabara, no quería salir de esa habitación con él, quería que siguiera haciéndole el amor hasta el cansancio. Pero ya abordaba la tarde y tocaba regresar cada cual a sus vidas.

Terminó, se recubren con sus prendas, salen del lugar.

Se despiden uno del otro, él toma su camino despreocupado, y ella el suyo, algo pensativa, pero está vez si tenía presente que él volvería a ella una vez más.