God of war 3 final de la trilogia
God of War III:
este es el final de la trilogía que desarrollo el estudia de santamonica desde el año 2004 cual convirtió a Kratos en un icono importante para la consolas de Sony con su exclusividad, permitiendo que los usuarios que disfrutaban de este tipo de juego una distracción de horas y horas con sus escenas de accion, a continuacion empecemos con su sinopsis.
El capítulo final en la aventura de Kratos comienza inmediatamente tras el final de God of War II: los titanes se dirigen al asalto final con el espartano dirigiendo su mirada a Zeus. Los dioses no se quedan de brazos cruzados y algunos como Helios y Poseidón se lanzan a la defensiva. Poseidón por ejemplo se deja caer al mar y desde él obtiene el poder suficiente para crear serpientes marinas –con cabeza de caballo- que frenan a los titanes. Kratos debe entrar en escena y acabar con estos enemigos acuosos y otros en la ladera del monte, lugar en el que encuentra la tumba de Ares. Más tarde aparece el propio Poseidón, que tiene cuentas pendientes con Kratos por lo sucedido en la Atlántida. La lucha se salda con la muerte de Poseidón, que cae al mar y como efecto secundario por su fallecimiento el nivel del agua sube, ahogando ciudades costeras e islas enteras. En God of War III, la aniquilación de dioses tendrá efectos en diversos aspectos de la ambientación.
Kratos vuelve a lomos de Gaia y alcanza la cima para enfrentarse cara a cara con Zeus. Pero uno no es el Rey de los Dioses por casualidad, y desata sus rayos hacia Kratos y Gaia, que caen al abismo. Gaia consigue agarrarse a un saliente, pero Kratos queda en peor posición y pide la ayuda para incorporarse; Gaia responde que de hacerlo, ambos caerían. Kratos se da cuenta de que la alianza es sólo interesada y que debe cumplir la venganza por él mismo, sin confiar en nadie más. El espartano caerá al inframundo, y en el río Estigia perderá los poderes adquiridos en el anterior juego.Pero no todo son malas noticias para Kratos en una tierra hostil como es el Hades: el espíritu de Atenea se aparece ante él. El espartano aún muestra reticencias pues no confía en ningún Dios –y Atenea había muerto defendiendo a Zeus-. Ella explica que ahora puede ver cosas que antes no, y como prueba de su colaboración, entrega las Espadas del Exilio, similares a las viejas hojas del Caos y ofrece un nuevo objetivo para el espartano: debe apagar la Llama del Olimpo. Kratos continúa su avance por el Hades, que en esta ocasión ocupará buena parte de la historia, y encontrará más almas atormentadas, armas como un nuevo arco y un puñado de bestias como crías de cerbero, gorgonas y esqueletos de guerreros.
Uno de los lugares clave de la historia y que visitaremos en más de una ocasión es el recinto de los Jueces del Inframundo. Tres estatuas de reyes: Minos, Radamantis y Eaco nos ponen a prueba y, tras superarlas, nos permiten continuar, momento en el que Kratos escucha una voz de una misteriosa joven, que esta vez no es la de Calíope, su hija. Poco después se encontrará con Hefesto, el dios del fuego y la fragua. En nuestro primer encuentro no sacaremos mucho de él, pero las voces de la chica volverán a escucharse en una llama azul; y nos pide ayuda. Kratos no muestra mucho interés pues tiene una misión bien clara, la de matar a Zeus. Conseguirá la Espada del Olimpo –que había caído con él- incrustada en una estatua y con ella se dirige al Palacio de Hades, el Dios del Inframundo.
Además de enemigos, este lugar guarda el cadáver de Perséfone, esposa de Hades, que murió en Chains of Olympus. Tras resolver puzles, utilizará este altar que pende de cadenas para romper una pared y llegar hasta Hades, que por supuesto no está muy contento por lo sucedido e intenta arrebatar el espíritu del espartano con sus dos garfios. Habrá una dura lucha en la que Hades utilizará varios trucos con sus cadenas pero Kratos irá matando a Hades poco a poco, apuñalando trozos de su corazón y entrañas. Al final del combate, Kratos consigue arrebatar las garras y extraer el alma a Hades, que entonces es engullido por el Estigio. Con esta arma Kratos podrá robar espíritus de los enemigos y utilizarlos en su beneficio, además de nadar por el Estigio sin problemas. Y tras la muerte del Dios, las almas absorbidas durante su vida vuelan libres por todo el Hades.
Kratos se encuentra otra vez con Hefesto, que le explica el funcionamiento del portal de Hiperión, que lleva a su esposa Afrodita. Para poder pasar por él se necesita el alma de un Dios, razón por la que no puede reencontrarse con ella. También explica que Zeus se llevó a su hija Pandora, a la cual creó, y pide que como padre entenderá que desea su vuelta. Kratos vuelve tras sus pasos al portal y, gracias a que cuenta con el alma de un Dios –la de Hades-, llega a Olimpia, que está en plena guerra entre dioses y los titanes que han conseguido llegar a la cima. En esta zona vemos a Helios, lanzando bolas de fuego desde su carro. Kratos también se encuentra con Gaia, que está escalando la ladera y pide ayuda para incorporarse. Pero esta vez el Fantasma de Esparta no se muestra tan amigable tras lo sucedido y corta la mano que le impide el paso; Gaia cae al abismo. Ya en la ciudad, vemos al titán de la destrucción Perses intentando acabar con Helios, que se mueve rápido en el aire. Kratos decide intervenir tras liquidar a una quimera y mediante una enorme ballesta golpea al carruaje del Dios, momento que Perses aprovecha para atrapar a Helios y lanzarlo con fuerza a un lugar cercano.
El espartano prosigue en su avance liquidando cuantas oleadas de enemigos se presentan, incluido un cíclope, y se encara con un malherido Helios que pide clemencia y que recuerde lo sucedido en Chains of Olympus. También le recomienda que se introduzca en la llama del Olimpo, algo que hace enfurecer más a Kratos, que sabe que quien la toca, muere –Hefesto se lo había contado recientemente-. Sin mostrar compasión, Kratos retuerce la cabeza del Dios del Sol y se la queda como objeto para iluminar zonas oscuras, cegar a enemigos y descubrir paredes falsas. Además, su muerte provoca que el cielo se oscurezca y no vuelva a aparecer el Sol.El siguiente paso es avanzar por la senda de Eos, donde encuentra una gran cadena y una especie de caldera que expulsa vapor. Gracias a las alas de Ícaro, un objeto conseguido en el anterior juego, Kratos puede alzar el vuelo y volver a la parte superior de la ciudad, donde se encuentra otra vez con Perses. Ahora que el espartano sabe que los titanes tampoco son sus amigos, utiliza la Espada del Olimpo para matar al titán. Después, sigue ascendiendo. En la parte superior se encuentra una especie de almacén de grandes cajas de madera, pero por el momento no intuye el propósito de esta construcción. Activa unas palancas y las coloca de una forma que le permiten seguir ascendiendo por la cadena, pero cuando está dispuesto a hacer uso de ella se presenta Hermes, que tras insultarle, asciende y comienza una persecución. Por el camino, Kratos encuentra la Caja de Pandora, pero el preciado tesoro no es tan accesible ya que está protegido por la llama y necesita a Pandora para abrirla. Atenea, que aparece en su forma de espíritu, explica que aún queda poder para hacer frente a Zeus.
El mensajeros de los dioses vuelve a aparecer con su irritante personalidad para burlarse de la velocidad del espartano, y tras una carrera, Kratos utiliza una catapulta para reducir distancias. Por suerte, en la caída deja malherido a Hermes que tras un combate queda completamente indefenso. Kratos se fija en las botas del olímpico y para conseguirlas corta los pies de Hermes, obteniendo así nuevos movimientos para correr por paredes y realizar carreras durante el combate. Con su muerte, aparece una plaga por todo el lugar, dejando el mundo aún más caótico de lo que estaba.
Kratos resuelve más puzles y se enfrenta a nuevos enemigos, hasta llegar a lo que parece un patio o arena. En el balcón superior está Hera, esposa de Zeus, que trata al "hijo bastardo de Zeus" con desdén e incluso le explica el temor que le tiene Zeus. Kratos pregunta por Pandora y entonces Hera, que no puede permitir que sea encontrada, llama a Heracles, un hermanastro celoso que considera que Kratos siempre había sido el favorito de Zeus. Heracles argumenta los trabajos realizados y cómo aun así quien había sido ascendido a Dios de la Guerra había sido el espartano. Kratos no quiere encararse directamente con él y le dice que el reino al que aspira está a punto de derrumbarse, pero el choque es inevitable y ambos demuestran su fuerza física. Finalmente, Kratos consigue los puños metálicos de Heracles, los Cestus de Nemea, y con ellos aplasta a su oponente y de paso hunde el suelo. Con esta arma el héroe puede destruir algún tipo de roca y enfrentarse mejor a los enemigos más resistentes.
El siguiente reto está en la cámara de Poseidón, un lugar protegido por cachorros de cerberos, compuertas y plataformas levadizas. Usando a la Princesa de Poseidón para detener una de las ruedas, Kratos continúa avanzando hasta encontrar una nueva visión de Pandora. En escritos de Poseidón leeremos que Zeus, corrompido por el miedo, ya no es el hermano que él conocía. Después Kratos cruzará el dormitorio de Afrodita y sus siervas, con erótico resultado, volverá a encontrarse con Hefesto, que nos promete una nueva arma que nos facilitará el avance. Para su fabricación se necesita una piedra de ónfalos que se encuentra en el Tártaro, campo de batalla entre titanes y olímpicos. Aquí se cruza con un viejo conocido: Cronos.
El titán que soportaba en sus espaldas el templo de Pandora en el primer God of War no está muy contento de ver a Kratos. Cronos es objeto de un nuevo castigo, y aunque Kratos intenta explicar los motivos por los que tuvo que abrir la caja, éstos no gustan al titán. La lucha comienza en aparente desventaja para el espartano, pero pronto Kratos empieza a hacer uso de su agilidad, la cabeza de Helios y poco a poco acaba con las criaturas que lo protegen. Cronos llega a tragar a Kratos, que aprovecha para conseguir la piedra de ónfalos dentro de su estómago. Después, para Kratos salir del cuerpo no es complicado con las armas que posee, asciende por el cuerpo del titán y lo mata clavando la espada del Olimpo en su frente.Con la ansiada piedra en su poder, pero también suspicaz, Kratos vuelve a Hefesto preguntando por qué fue enviado a una muerte casi segura. Hefesto asegura que estaba seguro de su victoria, y se pone a crear la nueva arma con poderes eléctricos, pero en un momento dado le traiciona e intenta acabar con él. Kratos, con su nueva arma, mata a Hefesto sin problemas, que en sus últimas palabras pide que proteja a Pandora.
Tras resolver una serie de puzles, el espartano se encuentra en los jardines del Olimpo con Hera, que le advierte que en este lugar su fuerza no le servirá para avanzar y le echa en cara el desastre que está organizando. Pero subestima a Kratos, que resuelve un juego de perspectivas. Antes de marcharse, Hera vuelve a presentarse y, si bien hasta entonces Kratos no había mostrado intención de acabar con ella, tras espetarle un "te deseo suerte con esa pequeña ramera a la que llamas Pandora", el espartano no lo duda y acaba con la esposa de Zeus con sus simples manos. Su muerte marchita todas las plantas de los jardines añadiendo aún más caos al ambiente reinante. Kratos utiliza el cadáver para resolver la última parte del puzle, y prosigue con su venganza.La siguiente parada es un lugar conocido, el laberinto de Dédalo por el que pasó anteriormente. Tras enfrentarse con un enorme escorpión y conseguir un nuevo poder necesario para activar mecanismos de este "almacén" de enormes cajas, se encuentra con el mismísimo Dédalo, creador de este laberinto y padre de Ícaro. El espartano se dispone a comenzar una serie de pruebas de resistencia y reflejos en un escenario giratorio. Allí encontrará por fin a Pandora que, en la conversación, dice una frase que más tarde tendrá sentido: "La esperanza es lo que nos hace más fuertes. Es la razón por la cual estamos aquí. Es con lo que luchamos cuando todo lo demás se ha perdido".
Superadas las pruebas, Kratos utiliza las alas de Ícaro para bajar a gran velocidad por la cadena del equilibrio y llegar hasta los tres jueces, a los que ya puede destruir con Cestus. Después, remonta el vuelo por el mismo túnel pero ahora de manera ascendente, y se dirige junto a Pandora a la llama del Olimpo, dispuesto a poner fin a su venganza, pero entonces comprende que Pandora debe sacrificarse para apagar el fuego impenetrable. Kratos, que ve en ella a una hija a la que proteger, como a la suya propia, no se muestra muy contento con la idea e intenta buscar otro posible plan. Pandora sabe cuál es su destino y corre hacia la llama azul, pero allí está Zeus para impedir que la chica acabe con la protección; el Dios agarra a Pandora por el cuello y la lanza lejos.
Kratos y Zeus se enfrentan por fin en un combate en el que ninguno de los dos se reserva fuerzas. Kratos gana esta ronda y entonces Pandora, que se levanta de su inconsciencia, se dispone a ir a la llama. Esta vez es Kratos quien se lo impide, y Zeus pide que no suelte la mano de la chica, que no puede volver a fallar como lo hizo con su familia. Estas palabras disparan la ira de Kratos que suelta a Pandora para dirigirse contra Zeus. Cuando ambos están a punto de luchar nuevamente, hay una gran explosión por el contacto de Pandora con el fuego que deja al espartano inconsciente.
Tras recuperarse, Kratos se encuentra solo y frente a la caja de Pandora. La abre esperando el poder para matar a un Dios, pero no encuentra nada. Zeus, sorprendido, se burla de toda la epopeya de Kratos. En cualquier caso, el Fantasma de Esparta decide continuar con la lucha y se dirige a un balcón desde el que se puede ver todo el desastre organizado por la muerte de los dioses. Kratos y Zeus luchan en esta zona pero pronto son interrumpidos por Gaia, que ha conseguido ascender nuevamente el monte desde su última caída. Zeus dice que su elegido ha fallado, que debió escoger al otro –en referencia a Deimos-. Gaia tiene intención de matar a los dos, pero Zeus y Kratos saltan entonces al interior del cuerpo de Gaia, en el corazón del titán. Kratos está dispuesto a matar a Gaia apuñalando su corazón, pero Zeus entra en escena y vuelven a combatir. Después de una dura pelea, Kratos arrincona a Zeus contra la espada y la pared, literalmente. Tras un forcejeo, empuja la espada del Olimpo y atraviesa a Zeus y el corazón de Gaia, que muere y comienza a desintegrarse.Kratos se levanta y se dirige al cuerpo de Zeus, al que da por muerto. Pero cuando le da la espalda al Dios, el espíritu de Zeus sujeta a Kratos y empieza a asfixiarle; el jugador ve cómo la barra de ítems, magia y vida empiezan a reducirse. Antes de morir, vemos sus pensamientos en un mundo oscuro en el que revive recuerdos de toda su vida, incluyendo el asesinato de su familia. Escucha también la voz de Pandora, ve la muerte de Atenea, ve su intento de suicidio en el primer God of War y encuentra la caja de Pandora, lo que le hace recordar la frase de la niña: "La esperanza es lo que nos hace más fuertes. Es la razón por la cual estamos aquí. Es con lo que luchamos cuando todo lo demás se ha perdido". Kratos abre entonces los ojos, recupera sus espadas, daña a Zeus, y después mata al Dios con sus propias manos de manera definitiva. Su venganza se ha cumplido.
La escena es desoladora, Kratos no sólo ha acabado con Zeus, también ha dejado al mundo sumido en el absoluto caos sin la protección de los dioses. Atenea –su espectro- aparece y le dice que ha hecho bien, ahora el mundo resurgirá pero sin el yugo de Zeus. La diosa de la sabiduría nos explica lo sucedido: cuando Kratos abrió la caja de Pandora la primera vez –antes de luchar contra Ares-, no sólo liberó la energía positiva para matar al Dios de la Guerra, también la negativa, que contaminó a los dioses y especialmente a Zeus, que enloqueció por miedo a la profecía del hijo que acabaría con él. Pero nada de esto satisface a Kratos, que sólo recuerda lo perdido y da por concluido su único objetivo; mientras, Atenea pide que le ceda el poder de la caja a cambio de toda la ayuda prestada. Pero Kratos coge la espada del Olimpo, concentra su poder, y en lugar de acabar con Atenea, se la clava, provocando que la esperanza se distribuya por el mundo. "Me decepcionas espartano" dice Atenea, que se marcha con la espada.La historia aún nos deja un interrogante. Tras los créditos finales, vemos el lugar donde Kratos se suicidó y un reguero de sangre, pero ni rastro del cuerpo. Por el momento, seguimos sin saber el significado de este mensaje.
etse material fue extraído de "https://vandal.elespanol.com/reportaje/la-historia-de-god-of-war/8"
muchas gracias por su atencion pulgar arriba amigos
sin lugar a dudas el mejor juego para play que existe....
una de sus mejores presentaciones que aun hoy dia me encanta jugar