Abuela

Una chispa de lucidez vino a su memoria, tras años luchando con la enfermedad, y una lágrima rodó por su mejilla a la vez que una sonrisa se dibujaba en su cara. Ese instante, tan breve pero intenso, quiso aprovecharlo para hacer saldo de sus experiencias antes de que volviera la distorsión a sus pensamientos. La lágrima se secó antes de perderse de nuevo, pero su sonrisa se mantuvo por horas. Quiero pensar que un bonito recuerdo se congelara en su mente.