¿No les pasa que de repente el día a día nos abruma? Día a día nos ocupamos en nuestros asuntos (estudios, trabajo, familia, hijos, pareja) hasta que se hace costumbre y le damos la bienvenida a la rutina. Nos acostumbramos a tal estilo de vida que inclusive pareciera que un momento dado ya vivimos en piloto automático y se nos pasan los días sin darnos cuenta.

La rutina no es mala, siempre y cuando esta no perjudique nuestro bienestar físico y emocional. La cuestión es que muchas veces al estar ocupados con el mundo exterior, damos por olvidado que existe el mundo interior, nuestro mundo interior. Ese mundo donde nosotros o nuestro “Yo” interno es el único y mas importante habitante que puede existir, aquel que mantiene una comunicación con el “Yo” externo.

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Al estar sumisos en la rutina, nos concentramos en mantener en “orden” el mundo exterior a costa de obviar la “voz” interior. En teoría todo esta bien, pero en muchas ocasiones esto puede ser contraproducente, pueden haber manifestaciones como inconformidad, resentimiento hacia los seres queridos, reavivamiento de situaciones pasadas, desmotivación, fatiga, infelicidad y en casos más extremos: depresión.

Si esa voz no la escuchamos, si nuestro mundo interno no esta bien, en algún momento o situación se reflejara en el mundo exterior o en nuestra propia salud. Para volver a estar en sintonía con nuestra voz interna, solo tenemos que detenernos en algún momento del día y escucharla. Suena mas fácil leerlo que hacerlo, y aunque no es un habito muy común, es uno que se puede ir desarrollando y con resultados muy positivos en nuestro día a día. En este post quiero compartir dos hábitos que me han ayudado a no olvidar mi “Yo” genuino.

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• Escribir los sentimientos

Puede ser a manera de diario o carta, tanto como para nosotros o tanto para un sentimiento aflorado por una determinada situación o para una persona en específico donde recordarla tiene algún efecto en nosotros o por algún tema no resuelto con dicha persona en el pasado

Por simple que parezca, esta práctica tiene sus beneficios. Para los que no nos gusta escribir incluso nos dará lata hacerlo, pero no se pierde nada con probar y empezar. Una vez tomado el lápiz o se empieza a pisar las teclas, tome una pausa, cierre los ojos, respire profundo, puede preguntarse: “¿Qué siento con respecto a…? y poco a poco puede que su mano empiece a moverse sola (sin alusiones paranormales), si no que aquel “Yo” que por algún tiempo ha estado callado, se esta expresando.

Anote todo lo que le viene a la mente, sin estar atentos a ortografía o a si se vera bien escribirlo así. Nada de eso, esa carta es personal y por tanto debe estar expresa en el aspecto mas sincero posible. Tanto si esta enojado, decepcionado, herido, triste, todo debe ser descrito tal cual como es y sin ningún filtro, ya que es un ejercicio de liberación para nosotros mismos.

Para dar una afirmación personal. En estos últimos meses había estado inquieto por una ruptura amorosa, segui adelante creyendo que ya estaba bien y que lo había superado, pero aun no dejaba de sentir cierta inconformidad, hasta que decidí probar el escribir los sentimientos para entenderlos. El resultado es interesante, lo que se creia “superado” aun estaba haciendo eco sonando desde adentro y haciendo ruido hacia fuera.

Luego de escribir las cartas hay tres opciones, quedarselas, entregarlas o quemarlas, si quiere que la otra persona sepa sus sentimientos puede entragarla, si es para uno mismo podemos quedarnosla para leerla luego o si es para otra persona en especifico pero que no hace falta entregarsela, puede quemarla, de cualquiera de las tres formas, mayormente de las ultimas dos, se hace un acto de liberación y realmente, al hacerlo se siente bien.

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• Meditación

Quizas sea cliche, pero estar en un sitio tranquilo, en silencio y con solo nuestra propia compañía, puede ser algo muy poderoso, en ese preciso momento es cuando involuntaria e inconcientemente la “voz” interior se hace presente y empezamos a pensar en todo entablando una comunicación interna, los dos “Yo” se encuentran. Tomarse un momento del día para perderse y pensar, a parte que ayuda a poner los pensamientos en orden, ayuda a regular la frecuencia cardiaca y a la respiración, nos ayuda a relajarnos

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Estando tan ocupados en el mundo exterior, pasamos por alto escuchar nuestra propia voz, nos enfocamos más en escuchar a los demás que a nosotros mismos. Tomar un momento del día para este escape personal es justo y necesario para mantener un enfoque y no dejarnos abrumar por el entorno, incluso cuando el tiempo no sea un recurso que este a nuestro favor. Robin S Sharma describe este caso muy bien:

“Objetar que no tienes tiempo para perfeccionar tu mente o tu espíritu es como decir que no tienes tiempo para echar gasolina porque estás muy ocupado conduciendo.”

Existen muchas formas de viajar al mundo interior, solo hay que practicar con la que mas se amolda a nuestro estilo de vida. Sin duda alguna, lo recomiendo, haz esto y te sentirás mejor.