Tranquilo, pájaro nocturno, no renuncies a las  canciones.

Y luego por las tardes celebran.
Queria sentarme junto a ellos.
Cuantas veces cuidaron
¿Cuántos de los que despotrican bajo el techo?
Deja que la llama arda detrás de su espalda.
Todos los días con los ruiseñores para encontrarse con el sol.
Y a los pedazos te rompes todos esos pedazos de emoción.
Con quien puedes hacer todo, a la sencillez.
Solo el cielo se da solo por un tiempo.
¡Cuán pocos son los que entienden todo sin palabras!
Recuerdo haber sido atormentado por el dolor
Por la llave mágica de las puertas de los dos mundos.