El poder de la libertad

in #spanish7 years ago

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De la libertad se ha escrito y se ha hablado mucho. La libertad ha sido el símbolo de muchas batallas. El signo de muchos eventos; pero ¿en realidad sabemos lo que es? ¿En realidad vivimos en y por la libertad?

Esta paradoja viene a colación porque en el mundo actual estamos atisbados de lemas y marcas que aluden a la libertad. Las campañas políticas se cimentan en garantizarles a los votantes que su libertad será respetada y hasta ampliada. Y siempre surge en cabeza de muchos políticos nuevas nociones de libertad, acaso desfigurándola hasta reducirla a su mínima expresión.

Lo primero y más importante a destacar es que la libertad es la ausencia de controles irracionales. No estamos hablando que no existan controles: éstos, cuando se formulan de manera racional y razonable, no son más que limitaciones conceptuales de la libertad, o dicho de otro modo: el vehículo para darle forma y concebirlo de una manera real, objetiva, cierta y eficaz. No puede hablarle de la inmensidad de la parcela de terreno de alguien si primero no se establecen linderos para delimitarlo. Lo mismo ocurre con la libertad. Pero al igual que el ejemplo de la parcela, la libertad requiere que sus linderos sean justos, acordes, racionales y razonables, de manera que cuando se le observe se pueda destacar la inmensidad de ésta y no su pequeñez.

Cuando hablamos de controles no racionales nos referimos a esas acciones que devienen de las más altas instancias del poder desde donde se subyuga la voluntad y el pensamiento de los ciudadanos, haciéndoles depender de ellos, quitándoles la posibilidad de crecer y de servir por sus propios medios.

Un sistema semejante no deja de ser «anti-libertario» en el sentido de constituir un parcelamiento ilógico e ilegítimo de la esfera de actuación de los ciudadanos. Los derechos más elementales de éstos quedan confinados a las migajas que los detentadores del poder les extiendan, por cuando las personas no tienen la capacidad para producir por ellos mismos, para llevar a cabo sus propios deseos y metas y cumplir sus sueños y anhelos por sí mismos, sino que para alcanzar esto dependen de la voluntad de otro, sencillamente no hay libertad.

Y esto es una característica común de los actuales sistemas políticos latinoamericanos en donde la capacidad de actuación de los ciudadanos se aparcada en la aprobación de los líderes de turno. Incluso, la manifestación más importante del derecho a la libertad, como lo es la propiedad privada, se ve menoscabada —cuando no extinguida— en esos regímenes donde no se les asegura a los titulares de esos bienes los legítimos derechos de uso, disfrute y disposición.

No olvidemos que la libertad es un derecho fundamental contenido en el artículo 1° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

En Venezuela tenemos 15 años con controles de cambio que no nos permite tener acceso al dólar de la manera que queramos, pues para eso debemos cumplir con requisitos preestablecidos por el Estado; tenemos leyes que establecen controles de precios, con lo cual la realidad de la economía se ve hollada por la voluntad del todopoderoso Estado que decide a cuánto se compra y a cuánto se vende, y tenemos también una injusta «lucha» contra la especulación y los demás delitos económicos, por cuanto la tipificación de esos ilícitos queda a discreción de la autoridad, quien decide quién es el delincuente y por cuál delito, violándoseles derechos y garantías fundamentales como el proceso debido y la tutela eficaz del Estado.

Estas son apenas algunas de las restricciones ilegítimas al principio de la libertad —derecho fundamental que además se encuentra como uno de los valores esenciales de la actividad del Estado por mandato del artículo 2 de la Constitución venezolana— que todos los días padecen los ciudadanos y por los cuales el Estado en nada se responsabiliza.

Para concluir, y a objeto de matizar la idea fundamental de la libertad como un valor esencial para el desarrollo de una sociedad racional, quiero compartir con Uds., las palabras de unos de los más grandes pensadores liberales de Venezuela, Carlos Rangel, en un video colgado en Youtube.

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Mi querido amigo, Wow, siempre admirando tu gran trabajo, definitivamente eres de los grandes, un análisis absolutamente objetivo, de la manera más clara a la interpretación. ¡Gran trabajo!, no solo te llevas mi voto, también mi admiración. Gran abrazo @Simondiaz

Mi queridísima @paop ¡cuánto te extraño! Gracias por tu apoyo. Espero verte pronto

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