Bitácora Íntima de un viaje (día 6)

Otro día con un amanecer estupendo en esta hermosa isla. el hotel, no me puedo quejar de las atenciones y las comodidades, pero mi misión de hoy… encontrar a este hombre misterioso que a llenado de ricas masturbaciones mis últimos dos días.

Desayuné en la habitación y pregunté al camarero si lo había visto, a lo que respondió negativamente.
Pase toda la mañana, la hora de almuerzo y tarde buscando a este fantasma que llegue por un momento a pensar que existía solo en mi imaginación, nadie absolutamente nadie lo había visto, uno que otro “Parecía” haberlo encontrado en los pasillos del hotel.

¿Será que es el fantasma del hotel? A lo que sacudí la cabeza y ya cansada me volví a la habitación con ganas de dormir como piedra.

Al entrar encontré otra invitación del hotel para huéspedes VIP, una fiesta de máscaras a la orilla de la playa, pero con la particularidad que sería de etiqueta.

Al anochecer me fui a la barra del hotel a cenar y el barman me recordó la fiesta, a lo que respondí que me quedaría en cama toda la noche, y entonces el hermoso hombre me respondió.- tengo un encargo para usted-. E inmediatamente puso sobre mi una hermosa máscara blanca de plumas y mucho brillo con una pequeña tarjeta que decía “aún tengo tu sabor en mi boca” y un frío recorrió toda mi espalda, no quise ni preguntar quién lo dejo, nadie nunca sabía nada, me fui pensando como él sabría que estaría ahí en ese momento.

Me bañé, arreglé y escogí un hermoso vestido blanco largo, que delineaba muy bien mi figura, y una abertura en la pierna hasta el inicio del muslo, con un escote que dejaba casi al descubierto mis senos, recogí mi largo cabello, coloqué la máscara que solo dejaba ver mis labios de color rojo sangre.

Fui escoltada desde la puerta del hotel, hasta la orilla y llegamos a un gran toldo blanco iluminado muy majestuosamente y la decoración perfectamente cuidada. Pocos invitados alrededor las mesas y la pista de baile en el medio.

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Al entrar salude a quienes podría ver que eran ellos, los hermosos del trío, la pareja de ancianos que celebraban su aniversario y así muchos que había conocido en esos pocos días.

Pero siempre buscando esos ojos de quien estaba jugando conmigo. De repente sentí una respiración muy fuerte y una voz que me susurro,.- baila conmigo, deseo tu cuerpo junto al mío.- Sin mirar me levante como quien recibe una orden y me volví a encontrar con esos ojos negros que no había podido sacar de mi mente.

Suavemente me deslizo hasta el centro del salón e inmediatamente la música se detuvo, y comenzó lo más hermoso para mí, el tango, como sabía este extraño personaje que amaba el tango, muy diestramente entrelazaba sus piernas entre las mías y rosaba suavemente los brazos para danzar ese caminar y hablar sensual de la música Argentina.

Fue un deleite para mí bailar sin quitar la mirada de sus ojos. Mi cuerpo estaba muy excitado de cada rose de sus manos y de cada respiración cerca de mi rostro.

Al terminar me percaté que solo éramos nosotros y que en pleno todos nos aplaudieron haciendo muy graciosamente una reverencia en agradecimiento.

Un trago?.. Preguntó, Claro es lo mejor para este momento.-, me dirigía a la mesa cuando tomo una botella del bar dos copas y salimos corriendo, entre risas y carreras me llevó a una cabaña muy hermosa a las afueras del hotel, donde al entrar me pego a la pared y me dijo.
.- Te he seguido todos estos días y te quiero para mi.- yo, asustada asentí con la cabeza, el tomo mi cintura y besándome, me invito a subir.

Con dos copas empezamos la noche más pasional de mi vida, lenguas, sexos, orgasmos, no podría describir lo que paso, solo que al empezar sentía su lengua en cada rincón de mi cuerpo dentro y fuera de mi vagina, en mis nalgas, en mis senos, cuando quise moverme mis manos estaban atadas a la cama.

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Sin pedirlo empezó a penetrarme causando un doloroso placer, que hizo perdiera la cuenta de cuantos orgasmos experimenté esa noche.

Al acabar, se tumbó sobre mí me beso y me dijo,
.- Gracias, eres hermosa, y quiero que seas mía.-
Cerré los ojos y esperé que mi cuerpo volviera a la normalidad luego del éxtasis que había tenido.