Sophia

Cada año estas lirios dan flores en estas fechas, le decía el joven a Sophia, mientras mezclaba el café, perdido en sus grandes ojos cafe claro...

Sophia había estado batallando para reunir la colegiatura para el siguiente periodo en la escuela de derecho, para una madre soltera, cuyos padres no la apoyaban por haber salido embarazada, era realmente difícil, muchos días se la pasaba sin comer, con tal de darle de comer a su bebe, su aspecto era a veces cadavérico y a veces simplemente muy delgada, como siempre había sido; muchos ni sospecha tenían de que había dado a luz por primera vez, pues ni novio tenía; era una de esas niñas que siempre sobresalían en la escuela, de una belleza oculta pero cautivadora, sin rastro alguno de maquillaje y con ropas siempre muy sencillas, estaba por decidir si dejaba o no la escuela para poder dedicarse a trabajar de tiempo completo.

Estaba sentada en una banca del parque cercano a un restaurante de lujo, cuando de improviso se le acercó un joven muy alto y delgado con apariencia enfermiza y le pregunta,

-Disculpe señorita, la puedo invitar a cenar esta noche?-,

Era la tercera vez que la invitaba, pero esta vez tuvo que aceptar porque su estomago empezaba a reflejar que sería muy ilógico y torpe rechazar esa oferta dadas las circunstancias.

Al siguiente día, sentado sobre la misma banca con su aspecto sombrío y su pálida cara, esperaba ansioso el joven a la chica del día anterior, quien unas horas mas tarde apareció con un bebé en brazos.

-Que hermoso bebé-,

-Disculpe señorita, la puedo invitar a cenar esta noche?-,

Nuevamente aceptó la oferta, pero esta vez la velada fue mucho mas amena, no pararon de reír y de hablar hasta muy entrada la noche. Ya para retirarse, el joven se inclina un poco hacia Sophia y le dice.

-Disculpe señorita, la puedo invitar a cenar todas las noches?-,

-Por supuesto, es usted muy amable, mañana estaré en la banca de enfrente sin falta.

A la mañana siguiente, por primera vez en mucho tiempo, Sophia decide maquillarse un poco y ponerse el pequeño vestido blanco de diminutas flores rojas que estaba guardando para una ocasión especial; se acerca a la banca a esperar al joven; la escena era de fotografía, una hermosa chica de aspecto muy humilde, cruzada de piernas y la mirada hacia el horizonte, como contemplando los últimos rayos de sol que aún iluminaban la plaza.

Unos minutos mas tarde, una cocinera muy voluminosa sale del restaurante para pedirle que entre, le pide que ordene, ya que el joven no podrá asistir, pero que ha dejado dicho que la atiendan a su cuenta cada vez que venga. Esta vez no fue tan divertido, pero igual se siente agradecida y decide aprovechar el tiempo para estudiar un poco de derecho civil.

Varios días después se le acerca un caballero, vestido my elegante.

-Buenas tardes Sophia-

Tengo que darte una mala noticia, el joven que esperas ha muerto, era hijo del dueño de esta cadena de restaurantes y en su testamento a dicho que se te atienda todos los días de tu vida…