Dios es cínico y Nietzsche lo sabía.

No conocía de Dios, su poesía. Es extraño, siempre se refiere a nosotros con la metáfora mas estructurada o en su defecto la ironía mas simple. Así pues, comienza esta breve historia.

En mi posesión mantengo un libro ajeno; no fue robado, este por si mismo fue dado por perdido y yo, no he querido recordarle a ella mi actual 'enemiga' que éste aun existe. Hace unos días decidí leerlo "Así hablaba Zaratustra" y desde el comienzo entre en cuestionamiento... No sabría realmente si me gusto por su esencia o por el hecho de que hoy día se puede estar a la moda solo con su lectura.

De cualquier modo, iré al punto de este texto. "De las cátedras de virtud" en esta sección Zaratustra se encuentra con un sabio quién hace referencia al sueño, dentro de su cátedra llama a la necesidad del buen dormir, pero enfatiza la obligación del no-soñar y así Zaratustra dice "Bienaventurados esos adormecidos, porque no tardaran en dormirse" inmediatamente me vino la necesidad de analizar el texto, empezando por el hecho de que Nietzsche no demuestra realmente un rencor hacia Dios, sino hacia la humanidad y su impetuosa necesidad de dominar y esclavizar al resto de la población.

Básicamente siento a Nietzsche tan creyente de Dios, como lo soy en este momento. Me tome entonces un descanso y decidí leer algo de poesía, para hacerlo la interesante recurrí al azar, pero hay que ver que Dios es realmente un cínico porque al abrir el libro llegue al poema 81 de Pablo Neruda - 100 sonetos de amor. El cual amigos míos, no es sino un poema referente al Sueño, entonces del azar al destino hay solo un salto, pues el muro que les divide no es mas que una simple perspectiva.

El sueño comenzó entonces a apoderarse de mis pensamientos, y retumbaba en mi el eco "Reposa con tu sueño en mi sueño. Amor, dolor, trabajos, deben dormir ahora". No cabe duda de que Dios además de cínico es un gran poeta. Comprendí en ese instante, que la mano de Dios adormece a quien busca sabiduría, pues es la verdad la que nos hace libres.

Pero... ¿Libres de quién, de la sociedad o de nosotros mismos?