El oscuro resplandor de la serie animada de Spawn
Desde su debut en las páginas de Image Comics en 1992, Spawn ha logrado darle mayor diversidad y popularidad al arquetipo del antihéroe de historietas, siendo el personaje más icónico de su compañía y uno de los más representativos del cómic moderno, además de haber destronado a Marvel y DC en cuanto a ventas por cierto tiempo. Así mismo; su creador, Todd McFarlane, ha conseguido convertir a Spawn en una mina de oro, extendiendo su franquicia hacia juguetes, una película live-action que a pesar de su dudosa calidad obtuvo un éxito moderado en taquilla y una miniserie animada transmitida por HBO entre 1997 y 1999, constando de tres temporadas de seis episodios cada una. Dicha serie, creada por el propio McFarlane, tendría el objetivo, así como los cómics, de presentar la historia de Al Simmons, un asesino del gobierno que es traicionado y ejecutado por el mismo, siendo enviado al infierno, donde hace un trato con el demonio Malebolgia para poder volver al mundo humano y ver a su esposa una vez más, a cambio de convertirse en un “engendro”, uno de los soldados de Satán encargado de reclutar almas para su ejército y combatir contra el cielo en una guerra; recurriendo a violencia explícita y escenas sexuales para contarla, siendo un punto en el que se diferencia de muchas otras caricaturas de superhéroes de los noventa como Batman, Superman, Spiderman y X-Men.
En el aspecto gráfico, Spawn muestra una estética deudora de lo gótico y lo noir, adaptando muy bien la esencia de los cómics y dando como resultado una serie oscura y adulta. Así mismo, muestra diseños de personajes complejos y con un buen acabado, siendo otro de los puntos que muestra una relación positiva con su formato de origen. En cuanto a animación, tiene movimientos variados y completos y una sucesión muy dinámica de encuadres en cada episodio. En lo referente al personaje principal, tenemos un Al Simmons/Spawn que se presenta como una desmitificación del súper humano; con un carácter solitario, depresivo y en busca de redención. Y algo bastante llamativo de la serie es su uso de la violencia explícita, desnudos y lenguaje soez; reafirmando su tono adulto.
Desafortunadamente, los logros de Spawn se limitan casi en su totalidad al apartado técnico, pues narrativamente es muy deficiente y deja mucha que desear, empezando por el hecho de que ninguno de los episodios cumple con el paradigma de los tres actos, basándose solamente en numerosas subtramas donde unas avanzan más o mejor que otras, salvándose de que sean aburridas gracias al ritmo que hay entre ellas. Y es esta división de subtramas la que hace en ocasiones que se pierda de vista a Spawn, olvidándose constantemente quién es su protagonista. Y en lo referente a éste, a pesar de que se le muestra como un personaje interesante, es a su vez un personaje pasivo, que gasta la mayor parte de cada episodio lamentándose de sí mismo con una actitud amargada. Y así como Al Simmons es desaprovechado, también lo son gran parte de los personajes secundarios como Violator, Wanda, los indigentes del callejón, entre otros, siendo el dúo policial conformado por Burke y Twitch los personajes mejor trabajados de la serie, pues muestran una evolución en su respectiva trama al igual que una buena muestra de emociones y personalidad. Por si fuera poco, la serie es muy reiterativa en cuanto al uso de flashbacks y a la actitud pasiva del protagonista, dando la sensación de que no busca nada a lo largo de las tres temporadas. Con todo esto, Spawn gasta gran parte del tiempo de cada episodio en hacer alarde de violencia y sexo. Además, volviendo al aspecto técnico, éste tampoco es perfecto, pues muestra muchos errores de raccord o continuidad numerosas veces, así como animaciones que se sienten recicladas.
A pesar de que a ratos logra ser entretenida, gran parte del tiempo la serie tediosa, precisamente por la inactividad constante del protagonista y su desbalance entre subtramas. Con esto, Spawn deja mucho que desear y se convierte en un producto automáticamente olvidable, siendo tal vez su aspecto más intrigante y curioso las aperturas con una reflexión de Todd McFarlane como abrebocas de lo que se verá en el episodio.