Una gran coach que no sabía leer
Siendo muy niño, quizás tendría unos 5 años, recuerdo a una señora que visitaba a mi abuela Alcira con cierta frecuencia, nosotros vivíamos en el centro del país y ella venía de un pueblo llanero del Estado Guárico, de la población de Zaraza, se llamaba Amalia.
Era una vieja amistad de mi abuela quien vivía también en el llano y emigró al centro del país cuando las familias buscaban mejores formas de vida y se iban alejando del campo, era entonces el inicio de la “Venezuela moderna”, el país petrolero.
Amalia llegaba siempre con su cabello negro azabache, largo, arreglado con una peineta, de vez en cuando se hacía unas largas trenzas que le colgaban de cada lado. Era una mujer muy carismática, ocurrente y divertida. Cuando llegaba de su largo viaje en autobús siempre traía una caja consigo. En ella venían granos de caraotas, frijoles, un pedazo de papelón, casabe, una lechosa para preparar un dulce, un buen pedazo de queso llanero, y lo que más les gustaba a los niños de la casa el esperado alfeñique.
Cinco niños alegres alrededor de Amalia, quien siempre nos traía además apasionantes aventuras que seguramente nos contaría al llegar la noche donde todos sentados en el frente de la casa estábamos atentos a sus nuevas historias del silbón, la bola de fuego, el carretón o la sayona.
La amistad con Doña Amalia como le decíamos, es de esas amistades que duran toda la vida. Los años fueron pasando, fuimos creciendo, nos hicimos hombres y mujeres, Amalia seguía visitando la familia aunque ya la abuela se nos había ido muy joven. Los amigos ahora eran los hijos y los nietos de su amiga.
Amalia era una mujer muy sabia, siempre conocía la mejor receta hecha con raíces, cortezas de árboles, hojas o flores que nos da la naturaleza. Experta en guarapos, pócimas y cataplasmas, también conocía como dar una buena sobada para llevar un tobillo doblado a su lugar.
El llantén en forma de cataplasma para desinflamar las parótidas, un buen guarapo de manzanilla para combatir los cólicos y un oloroso malojillo con romero para la gripe. Ella no les decía infusión a sus bebedizos, los llamaba guarapos, el de hoja de mangos, cilantro, yerbabuena o malojillo, cada uno con sus beneficios que estaban muy bien guardados en su memoria.
Sabía cómo hacer un buen queso, suero o cuajada de la leche, sembraba matas de yuca, tabaco, naranja, maíz o limón; sabia en que momento hacerlo de acuerdo a la temporada, si era invierno o verano, y según el ciclo lunar, aunque ella no lo decía así.
En el llano venezolano tenía un “conuco” que ella atendía con su marido José, el conuco es una extensión de terreno pequeño que los campesinos venezolanos utilizaban para asegurarse el sustento familiar, allí tenían gallinas, huevos, cambures, plátanos, cebollas, lechosas, naranjas, quesos, cochinos, vacas y un lugar reservado para la farmacia del grupo familiar con limones, malojillo, yerbabuena, llantén y cuanta rama fuera buena para remediar los males del cuerpo o del alma.
Ya hombre, hablaba con ella quien emocionada a sus 80 años, sentados en la mesa del comedor mientras visitaba a mi madre, me hablaba sobre la Biblia de una manera impresionante. Cada letra, cada palabra de un versículo, no solamente lo repetía literalmente, sino que lo asociaba muy inteligentemente con su intención comunicacional.
Lo que más me sorprendió es que yo sabía desde muchacho que ella no sabía leer, algo que en ese entonces era común en la población rural y campesina donde existía mucho analfabetismo.
Le dije:
“Amalia, sé que siempre has tenido una excelente memoria que me ha sorprendido. ¿Cómo haces ahora para aprenderte todos esos versículos de la Biblia?”
Me respondió:
“Aprendí a leer, nunca había tenido la oportunidad o el interés para aprenderlo, pude defenderme en la vida sin hacerlo, se aprenden otras cosas; pero desde que el Pastor Julían y mis amigas me leían la Palabra me interesé en aprender a leer con mis propios ojos, quería saber que más podía descubrir en ese gran libro donde están las enseñanzas de Jesús.”
Quedé sorprendido, maravillado y profundamente impresionado. Existen personas como Amalia que sin haber tenido la oportunidad de recibir una educación formal, hicieron de su vida un ejemplo digno de mostrar que quizás ella nunca se llegaría a imaginar, que alguna persona por allá en otro continente este conociendo de su alfeñique o sus guarapos.
Ya era sabia sin saber leer los libros, pero si sabía leer la vida, la naturaleza y su maravilla en medio de su sencillez. Fue un ejemplo de crecimiento personal sin asistir a la escuela, hacia sesiones de coaching con sus historias y nos hacía preguntas, era un mentor cuando preparaba una buena crema de leche donde veíamos transformar lo líquido de la leche mezclada con la margarina en una espesa crema con un bate y bate del tenedor que se tropezaba con la totuma de la tapara, nos hacía participar en él proceso, tomar el tenedor para batir, verter la leche en la totuma y otras cosas más. Siempre nos preguntaba que habíamos aprendido asegurándose que la lección fuese tomada y replicada.
John Maxwel estará de acuerdo conmigo, ella utilizaba lo que ahora se llama el Modelo de Multiplicación de las 4 M en el Coaching, en la que los pasos son:
1er paso: “Yo lo hago, tu observas”, ese es el Modelo.
2do paso: “Lo hacemos juntos”, ese es el Mentoreo.
3er paso: “Tú lo haces, te doy retroalimentación”, ese es el Motivo
4to paso: “Busca a alguien más y repítelo”, esa es la Multiplicación
Amalia no sabía leer, pero si sabía leer.
Hay quienes sabiendo leer pareciera que no lo saben. Hay quienes no saben leer y pareciera que lo saben todo, Maestros de la Vida, que saben leer en el Libro de la Vida.
Fuentes consultadas:
Historia Personal
El ABC del Coaching
John Maxwell
El libro de la vida es el texto más difícil de leer, muchos pueden pasar años intentando interpretarlo pero no pueden avanzar más allá de algunas paginas. La sabiduría que tienen los más viejos, y sobre todo cuando vienen del área rural de nuestros países, no se enseña en ninguna Universidad. Muchas gracias por compartir tan maravillosa historia con una protagonista tan inspiradora. Saludos.
Muy buen texto, muchas gracias!
Hola @douglas, gracias a ti por comentar y leer.
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Me hiciste percibir los olores y sabores del alfondoque, alfeñique y papelón que traía Amalia. Su don de gente y respuesta rápida era un imán que atraía a participar en sus conversaciones. Me gustó mucho tu post @salomonca.
Hola @amintarosa ! Bien sabrosos que eran esos dulces que poco se ven por estos lados. Cuando fuimos a Mérida hace un par de años y fuimos a la Venezuela de antier Scarlet compró y se lo comió casi todo en el camino, parecía una niña. Doña Amalia era todo un personaje. Gracias por comentar
Muy interesante y entretenido. Me quedó la duda de lo que es alfeñique?
En Venezuela se le conoce como alfeñique cuando la presentación es pequeña y la envuelven con papel celofán y batido cuando la presentación es grande y la envuelven con hojas de maíz.
Ah ok. Mi abuela le decía alfandoca o así lo recuerdo. Gracias por la ilustración.
Gracias a ti, si, también se le conoce como alfondoca y alfondoque. Saludos
Encantador relato, me metí de lleno en la historia que narras, me fascina el alfeñique y el coaching, ambos combinados aún más. La vida es la mejor escuela, que no todos saben leer. Gracias @salomonca
Hola @escarlata, esa es la mejor escuela: La Vida. Gracias por leer y comentar
La madre naturaleza nos provee de todo, sólo quienes se conectan en forma natural con ella la pueden conocer, con el desarrollo industrial las personas se mudaron a las ciudades y se han ido perdiendo enseñanzas de muchas generaciones que vivían en relación constante con la naturaleza. Amalia fué heredera de una tradición quien sabe de cuantos años atrás que en forma sencilla era capaz de transmitir a los pequeños. Excelente post @salomonca
Saludos @ninzendo, así es la naturaleza nos provee de todo. hay que estar conectdo con la naturaleza, gracias por tu comentario
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Muy grata publicación tantos maestros en esta vida, son como ángeles incluyo a mi amada abuela...Tanta sabiduría, amor incondicional, respeto todo en un solo ser , muy hermoso amigo @salomonca, ni te imaginas cuantas suspiros evocaron tus lineas.
Ya estas contratado necesito contratar a alguien para que me haga unos cuantos pots con gran motivación, parece juego pero es en serio, ¿cuanto cobra por eso?en espera de su respuesta. Es en serio.(risas) pero es en serio.
Bueno, te confieso que leí dos y hasta tres veces tu comentario :), después lo vi en tu otro comentario. Gracias por la confianza y hermosos comentarios. Revisa tu bandeja de correo. Saludos
"post"(risas)
excelente narración llena de alegría y sabiduría. Gracias por compartir.
Saludos mi estimada @damarysvibra, gracias por la visita y tu comentarios, si , está llena de alegría, son gratos recuerdos de mi niñez, momentos felices compartidos con Doña Amalia.