Antes de que lo pierda para toda una eternidad
No pude confesarle a ese encantador chico cuanto lo quería. Cuanto lo estoy extrañando en este preciso momento. Lo que por él daría. Nunca sabrá cuanto lo estoy valorando ahora mismo. Cuanto lo necesito por el resto de mis días. Cuanto mi alma lo añora. Me refiero a ese chico empezará a estar en el pasado, ese chico que fue cuando lo conocí. Tengo que hablar en pasado porque; ahora siento que ya lo perdí. Ese chico, él cuál hoy ha cambiado tanto, se ha transformado al paso del tiempo, al paso del sueño de mis lágrimas caídas.
Recuerdo cuando lo conocí, tan sutil, tan precioso, dando amor sin reservas, sin pedir nada de vuelta. Ojalá pudiese devolver el tiempo, para confesarle mis mayores secretos. Para cuidarlo con todo mi alma. Para que supiera que siempre lo quise. Para amarlo como él lo deseaba. Para contarle cada día, que él era lo único que yo soñaba noche tras noche. Para quererlo como él príncipe azul que es. Para cambiar sus lágrimas de tristeza por lágrimas de risa. Para estar ahí cada vez que me necesitará. Para besar su nuca cada vez que la luz se apagará. Para rodear su cintura con mis brazos y decirle al oído: “todo estará bien, estoy aquí contigo y que lo amaré por el resto de mis días”, pero no lo hice. Lo deje solo tantas veces. Lo deje morir lentamente en dolor, en soledad tantos años. Y ahora solo le hablo a su recuerdo y a mi dolor, me persigue su fantasma en mis pensamientos, soy como un niña completamente llena de miedo. Lo encuentro en mis sueños a veces y es el único momento del día, en que sonrió por tenerlo de vuelta, aunque solo sea una simple ilusión pasajera.
Es él mismo por fuera, pero es otro por dentro. Su mirada ha cambiado, ahora es fría como el hielo. Su corazón es duro y esta cubierto de una coraza gruesa. Sus manos ya no sujetan las mías con firmeza. Ya no suelo verlo relatar sobre mi sonrisa, ya no le interesa. Ya no encuentro sus cabellos en mi almohada al despertar los fines de semana. Su aroma ya no esta en mi camisa en la mañana. Ya no lo oigo hablar sobre mi. Ya no lo veo en la cama. Hasta su sonrisa es distinta. Se ha vuelto agresivo al amor. Yo cada vez más adicto del sufrimiento, más adicto al dolor. A veces cuando lo miro fijamente a los ojos, pareciera que lo hombre que conocí sigue ahí, pidiendo a gritos que lo ayude. Pero solo me engaño a mi misma creyendo eso, la realidad no es así.
No puedo cambiar el pasado. No puedo devolver el tiempo. Solo confesarle a el hombre de ahora; cuanto lo amo, cuanto lo siento. Y que aún mantengo la esperanza de que él muera lento, de que aún le quede algo del chico que amaré por el resto de mi días, así sea muy, pero muy dentro de él. Y tal vez entonces; él se de cuenta lo que mi corazón siente. Antes de que se vaya por completo. Antes de que lo pierda para toda una eternidad.
Escrito por; @rosynesn