Me olvidé de olvidarte.
Me olvidé de olvidarte y de preguntarme si algún día retornarías.
Me olvidé de intentar esquivar tu recuerdo y de preguntarme si me echabas de menos.
Me olvidé de tratar de caminar sin ti,
solo caminé en circulo en busca de ti.
Me olvidé de amanecer, pasé noches de insomnios dedicados a ti.
Me olvidé de mí, de lo que era, y de quien era para ti.
Solo pensaba en lo genial que hubiese sido que te quedaras.
Y sentía tan profundo de mí, que sí, que regresarías.
También pensaba en lo tonto que era por caminar
sintiendo la brisa y pensando que tomabas mi mano.
Olvidé de olvidarme de tus promesas, pues nunca fueron ciertas.
Me olvidé de olvidar que me rompiste en dos y conmigo no ibas a estar.
Me olvidé de odiarte por huir, ni siquiera intenté.
Noches enteras te amé en silencio, encendí el fuego y mis intenciones quedaban hecha cenizas.
Olvidé que estabas con alguien más,
pues que ingenuo fui por pensar que estabas de prueba y que en mis brazos si ibas a querer descansar.
Me olvidé de todo, de escribir, de pensar, de caminar,
de mi café, de mis sentimientos. Me encerré en la burbuja llamada lamento, culpándome de tu decisión. Se sentía como disparos contra mí. Me culpé por pensar que no era suficiente para ti
o que no te merecía.
Y de nuevo olvidé.
Que me golpeaste con tus palabras y mentiras.
Olvidé de olvidarme que me decías que no podías,
que tú no eras lo que yo merecía.
Y trate, después traté de arrancarte, de raíz, así como uno
lo hace con la maleza, porque olvidé olvidar que eras la rosa más bonita de mi jardín, y en mala hierba quedaste y mi corazón mataste.
Me olvidé de mí, me perdí, sin rumbo y sin destino no sabía a donde ir.
Me refugié, así como lo hacen los poetas heridos.
Escribí para aquellos heridos del corazón.
Y ahí fue cuando sí, me olvidé que un día me amabas y que ya no dolía.
Este contenido lo encontré en otro lugar de la red y no veo que señales la fuente en ningún lugar... Debes de dar créditos al verdadero autor puesto que estás haciendo dinero con trabajo ajeno.