José es tremendo narrador…

Para comenzar quisiera aclarar que la mayoría de los casos que he publicado han sido aquellos que me han llegado a mis guardias en el hospital, pero este caso en particular fue uno que yo encontré, casualmente iba caminando por uno de los pasillos del hospital militar cuando veo a un señor que venía cojeando del lado derecho impresionaba tener mucho dolor en su rodilla derecha, entonces lo seguí, yo parecía el cazador y él mi presa mientras lo observaba me imaginaba de una y otra manera cuales serían las posibles causas que le generarían dicho dolor.

Unos minutos después el señor se había cansado y detuvo su marcha mientras se apoyaba sobre una pared, yo me le había acercado lentamente y lo aborde para ofrecer mi ayuda, logre presentarme como el doctor Romulexx (tremenda ocurrencia la mia), el simplemente se sonrió por lo cual busque una silla de ruedas y lo lleve a la emergencia de traumatología denominada “Sala de Yeso”, al entrar a ese lugar evidentemente mis compañeros me reconocieron y se asombraron al verme, ya que no estaba de guardia ese día.

El señor se llama José Aristigueta (parecía nombre de actor de telenovela jajaja), tiene 60 años de edad, se ve un hombre fuerte, ya que es el militar activo él es un coronel y era piloto de aviones de combate, al conocer su historia me logra asombrar la manera en que lo contaba ya que lo expresaba con tanta energía y emoción que mis compañeros se acercaron para escuchar nombrar los aviones que el voló, entonces no tuve opción que interrumpir la excelente historia que nos estaba contando para que nos contara una historia mejor “saber que le paso en la rodilla derecha”, todos los médicos nos encontrábamos alrededor de él, entonces inicio la historia de una manera inigualable:

• El balón venia sobrepasando la malla si nos anotaban ese punto seguro íbamos a perder, el marcador estaba empatado pero teníamos mucho ánimo de ganar, mi compañero rescata el balón y yo salte rápidamente para golpearlo “jugábamos Voley Ball” ya estando en el aire a punto de golpear el balón mi compañero se tropieza y me empuja cayendo sobre mi pierna derecha en flexión, la pelota no sobrepaso la malla y perdimos el juego, realmente tenía tanta rabia que no le pare al dolor, pero no me podía parar ya que no podía extender la pierna, sin embargo llegue a mi casa me bañe y me acosté, dormí como un bebe soñaba que el juego iba a ganar, al día siguiente desperté y no podía caminar bien por lo cual decidí acudir al hospital.

Después de esta historia tan genial no tengo más remedio que examinar su rodilla, al evaluarlo pude notar que tenía mucho aumento de volumen y se veía un hundimiento nada normal debajo de su rotula, él no podía extender su pierna por lo cual mi apreciación era que tenía el ligamento rotuliano roto en todo su espesor, por lo cual sugerí que se le realizara unos estudios imagenológicos para verificar mi apreciación (resonancia magnética y una radiográfica de su rodilla).

Al ver los resultados pude apreciar que había acertado en lo que yo le había diagnosticado, por lo cual no tuve más remedios que plantearle la cirugía para su recuperación, había que repararle el ligamento rotuliano con una sutura especial denominada “Max Bridge”, el al escuchar ese nombre me logro mencionar “esa sutura se llama igual que la película”, yo en mi mente pensaba ¿que película será esa? En lo que pude asociar le dije “La película se llama Mad MAX” mi cara era todo un poema jajajaja.

Unos días después lo llevábamos a quirófano realizando la excelente reparación de su ligamento rotuliano, pues había quedado como nuevo, después de la operación el señor José se sentía como repotenciado, al entrar a su habitación tenía sentadas a su alrededor como a 10 enfermeras quienes escuchaban la narración de sus aventuras al volar en un avión, entonces de nuevo lo tuve que interrumpir para decirle que estaba de alta y que no podía hacer ejercicio en un buen tiempo.

El señor José puso una cara extraña y me dijo, ok doctor gracias por eso, pero me puede dejar terminar la historia que estoy contando mientras las enfermeras se reían, yo de verdad me sentí contento de ver a ese señor José tan entusiasmado, un mes después el señor José inicio la rehabilitación y les puedo asegurar que ya esta bastante mejor.

“Esta historia quizás no es diferente a las demás, empieza con un señor que tiene un problema y que termina mucho mejor, cada paciente para mi es diferente a otro así tengan la misma enfermedad”