La miseria de algunos
Todo el tiempo nos hablan de esos intangibles silbidos que llamamos valores como la voz de nuestra consciencia, como el freno a la irracionalidad, el camino hacia la paz y lo correcto. Cuando vemos gente, gentuza diría yo, que insisten en dar clases de moral y buenas costumbres, que con el mayor de los cinismos olvidan lo que hicieron y dijeron, y de ñapa son políticos, podemos entender el descrédito de la clase política de nuestro subcontinente.
Personajes come el de la foto, ex-secretario general de la OEA, que durante diez años vendió su conciencia al gobierno de Venezuela, que se dedicó a defender a Chávez y a la revolución bolivariana sin ningún escrúpulo, a proteger al sistema corrupto de Venezuela de cualquier iniciativa que pusiera al descubierto la sinrazón de su existencia, hoy nos da la extremaunción con su cínico comentario a la pregunta ¿Venezuela tiene solución? y responde, como si en algún momento hubiese actuado de acuerdo a la importancia de su cargo, con falsa pose de analista y con la culpa de su complicidad con: "Pocas, cada vez menos"
Es increíble que la inmoralidad se presente como moralidad, la traición como ética, la tarifa como estrategia. ¿Cuánto dolor ocasionó el chavismo? ¿Cuánto de culpa tiene este señor?