El mundo en un párrafo - Doña Bárbara. II Parte

in #spanish7 years ago (edited)



En el artículo más reciente de El mundo en un párrafo estuvimos interpretando y analizando algunos de los párrafos del Capítulo I de la Primera Parte de la novela Doña Bárbara: El mundo en un párrafo - Doña Bárbar. I Parte, obra del escritor venezolano Rómulo Gallegos. Habíamos quedado en algunas interpretaciones hechas a los diálogos y experiencias de Santos Luzardo y Melquiades Gamarra (el Brujeador), así como a la relación entre los hombres y el medio ambiente que los rodea. Continuemos entonces adentrándonos en la espesa llanura y en los ríos de ese entorno natural, y a veces hostil, que rodea a los personajes de esta maravillosa novela.


¿Con quién vamos?


El bongo llegó al palodeagua (un árbol gigante), luego los palanqueros saltaron a tierra y amarraron la embarcación, entonces Melquiades se alejó del grupo y se internó por entre la espesura del monto [monte], y Luzardo, viéndolo alejarse, preguntó al patrón:

¿Conoce usted a ese hombre?

El patrón era primera vez que lo veía, pero por las características del sujeto estaba seguro de que era el Brujeador, cosa que luego ratificara uno de los bingueros o palanqueros del bongo, quien también le comenta que trabajaba para Doña bárbara y al que le atribuyen poderes sobrenaturales producto de la brujería. La brujería es algo que forma parte del imaginario cultural de los venezolanos y latinoamericanos, la creencia en fuerzas sobrenaturales aún está arraigada a mucha gente incluso en este siglo XXI, para la época en que Gallegos escribe la novela, el primer tercio del siglo XX, Venezuela es un país donde predomina el medio rural y en el que la educación en las provincias era sumamente precaria. De tal manera que la ignorancia fortalecía esta creencia en el mundo de la magia y la brujería. Hoy día en Venezuela prevalece esta creencia en lo mágico, y este de revela inclusive en algunas declaraciones públicas de políticos y autoridades de Estado.

Volviendo al párrafo de la novela, el patrón del bongo le indica a Luzardo que tenga sumo cuidado con el Brujeador, ellos sabían que Luzardo se dirigía a la hacienda Altamira, la cual era de su propiedad, y que esta colindaba la con El miedo, siendo esta última propiedad de la mismísima Doña Bárbara, entonces aprovecharon para advertirle de lo peligrosa que era esta mujer, y termina el patrón diciéndole al joven Luzardo:

Yo no sé que viene usted buscando por estos lados; pero no está demás que se lo repita: váyase con tiempo. Esa mujer tiene su cementerio.

Toda esta conversación era escuchada por el Brujeador quien estaba oculto en un mogote [montículo de monte asilado], luego los hombres comieron y se echaron a dormir en las orillas del río. Al rato Luzardo despertó descansado y bajo un clima fresco producto de la caída de la tarde, el escritor describe este cambio climático de la siguiente manera:

… ya empezaba a declinar la tarde y sobre el Arauca corría un soplo de brisa fresca. Centenares de puntos negros erizaban la ancha superficie: trompas de babas y caimanes que respiraban a flor de agua, inmóviles, adormitados a la tibia caricia de las ondas.

El ambiente anterior a esta descripción era húmedo y caliente, pero en esta parte del párrafo se puede llegar a sentir la frescura de esa brisa, observando esas cabezas de los animales asomándose en las aguas del río, nuestra mente nos hace visualizar esa hermosa escena natural, que parece apacible a pesar del peligro que representan los caimanes del río. Luego el párrafo termina de la siguiente manera:

Luego comenzó a asomar en el centro del río la cresta de un caimán enorme. Se aboyó por completo, [y] abrió lentamente los párpados escamosos.

Luego se describe algo interesante, Santos Luzardo trató de dispararle desde la orilla a este singular caimán, pero el patrón se lo impidió, entonces Luzardo le pregunta por qué quiere proteger al animal y este responde

Porque… porque otro de ellos [de los caimanes] nos lo puede cobrar si usted acierta a pegarle, o él mismo si lo pela [no atina el disparo].

Ese es el tuerto del Bramador, al cual no le entran balas.

Acá se pone de relieve una vez más, la creencia en lo sobrenatural, en muchas regiones donde domina la naturaleza le atribuyen a ciertos animales características especiales, en este caso, es un caimán de un solo ojo (tuerto) el cual es invulnerable a las balas de cualquier arma, un caimán capaz de vengarse de su atacante cuando tuviese la oportunidad, el tuerto del Bramador es un caimán especial que forma parte del río Arauca y del que se han creado mitos, este es el caiman más temido del Arauca y que aparecerá de nuevo en el Capítulo VI de la Segunda Parte de la novela.

Luego de esta escena inmediatamente el autor hace un cambio brusco, ya que Luzardo se da cuenta que el Brujeador estaba cerca, como escondido, fingiendo que dormía, entonces Luzardo se le acerca desafiante y le dice:

¿Con qué es usted amigo de ponerse a escuchar lo que pueden hablar los demás?

El Brujeador abrió los ojos, lentamente, tal y como lo hiciera el caimán…

En esta parte podemos apreciar como Gallegos vuelve a usar un símil entre el Brujeador y el entorno natural, esta vez lo compara con el caimán. Es interesante ver estas comparaciones insistentes con el Brujeador. Luego sigue la conversación entre Luzardo y el Brujeador:

… y le respondió con una tranquilidad absoluta:

[Brujeador]: Amigo de pensar mis cosas callado es lo que soy.

[Santos Luzardo]: Desearía saber cómo son las que usted piensa haciéndose el dormido.

Aquí se manifiesta el primer enfrentamiento verbal entre Luzardo y el Brujeador, es un enfrentamiento sin violencia donde las palabras acusan la desconfianza de uno con el otro. Santos aborda al Brujeador para que éste sepa que él está en guardia, alerta a cualquier mala intención de Melquiades, era algo que Luzardo ya llevaba encima desde que supo que el Brujeador lo estaba siguiendo, sospechas que se reforzaron con lo que le había contado el patrón. No sólo eso, sino que aquí Luzardo demuestra que es capaz de enfrentársele sin miedo, cosa que es percibida por los demás hombres, y que el escritor hace ver con un comentario de los palanqueros que dice:

¡Umjú! Al patiquín [Santos Luzardo] como que no le asustan los espantos de la sabana.

Luego Luzardo le dice al patrón que siguieran el viaje, incluso le propone al Brujeador que continúe con ellos, como dándole a entender que no lo asusta para nada su presencia, pero este no acepta el viaje y decide seguir su camino aparte caminando, allí se despide dándole a Luzardo su nombre completo, Melquiades Gamarra, y se le pone a la orden deseándole buen viaje. Pero el patrón desconfiado y previendo cualquier emergencia le dice a Luzardo que él no saldrá en el bongo dejando al Brujeador atrás, éste último escucha y le dice:

No tenga miedo, patrón. Yo me voy primero que usted…

Luego de marcharse el Brujeador, los hombres empujaron el bongo al río para seguir su viaje. Entonces navegando ya en el río, repentinamente los palanqueros le advierten al patrón diciendole:

Vamos solos patrón

A lo que el patrón responde

Es verdad muchachos. Hasta eso es obra del condenado Brujeador. Boguen para tierra otra vuelta.

¿Qué pasa? Inquirió Luzardo.

Que se nos ha quedado el Viejito en tierra.

Regresó el bongo al punto de partida. Puso de nuevo el patrón rumbo afuera, a tiempo que preguntaban, alzando la voz.

¿Con quién vamos?

¡Con Dios! Respondieron los palanqueros

¡Y con la Virgen! Agregó él [el patrón]

Y luego le dice a Luzardo

Ese era el Viejito que se nos había olvidado en tierra. Por estos ríos llaneros, cuando se abandona la orilla, hay que salir siempre con Dios. Son muchos los peligros de trambucarse y si el Viejito no va en el bongo, el bonguero no va tranquilo…

Cómo hemos dicho antes, las supersticiones y las creencias religiosas son algo común en las zonas rurales, pero en las ciudades también se experimenta esto cada día. El llevar escapularios y amuletos para protegerse de las cosas malas es algo frecuente, y esto no falta en los viajes de las personas; persignarse antes de salir de la casa ya sea a pie o en vehículo, antes de despegar un avión o zarpar un barco, son algunos de estos ejemplos. Incluso en el transporte público se ven estampitas de la Virgen y santos pegadas en los tableros, para así proteger al chofer y a los pasajeros de cualquier accidente. Las madres y abuelas despiden a sus hijos o nietos, incluso por teléfono, con la Bendición de siempre pero seguida de un Que dios y la Virgen te acompañen.

El último párrafo de este Capítulo dice así:

Ya Santos Luzardo conocía la pregunta sacramental [¿Con quién vamos?] de los bingueros del Apure; pero también podía aplicársela así mismo, pues había emprendido aquel viaje con un propósito y ya estaba abrazándose a otro, completamente opuesto.

En el Capítulo II: El descendiente del cunavichero, se expone las razones de esos cambios en la mente de Santos Luzardo. Con esto entonces termino esta exploración a los mundos que encierra los párrafos de la novela Doña Bárbara, sé que es apenas el primer capítulo de la primera parte, y realmente quisiera seguir con toda la novela. Hacer este tipo de análisis por párrafo requiere cierto esfuerzo, y más para una novela; creo que es estrictamente necesario haber leído la novela o el cuento por completo antes de hacer estos artículos. Yo también quisiera hacer este tipo de análisis para otras novelas que he leído, que no son muchas, pero para hacerlo necesito leerlas de nuevo, no soy un lector rápido así que esto es un punto en mi contra. Pero con los cuentos es más sencillo, bueno eso creo. Agradezco muchísimo, no saben cuánto, a todos los que leen estos artículos de El mundo en un párrafo. Muchísimas gracias y nos vemos en mi próxima entrega, y por favor, NO OLVIDEN SUS VALIOSOS COMENTARIOS.


Fuente del libro: Rómulo Gallegos. Doña Bárbara. Trigésima Edición. Colección Austral No. 168, Literatura Narrativa, Buenos Aires, 1973
Fuente de la orla
Fuente de la imagen


Sort:  

Muy buen post hermano @rnunez09. ¡Felicitaciones!. Saludos.

Gracias hermano, saludos.

Me encantó el post!Es un excelente libro y muy nutrido de información y enseñanzas. Saludos amigos!

Gracias, es mi novela favorita. Saludos.

Muy buena novela la leído en dos oportunidades amigo @rnunez09 me da gusto volverla a leer saludos

Rafito esa novela de Rómulo Gallegos no la he leído, pero vi la película. Te felicito por este post. Bien hecho, Saludos

Excelente amigo te felicito.

Leer tu análisis de Doña Bárbara me pone a reflexionar de lo mucho que deja que desear el sistema educativo pues recuerdo claramente cuando en 4to año de bachillerato en un grupo de 3 hicimos un análisis capítulo por capítulo de ésta obra y fue básicamente eso, nunca hubo discusión, nunca hubo un discurso o un intento entusiasta del educador por despertar nuestro interés en la obra, supongo que ni siquiera él mismo lo tenía. Como consecuencia: de ella sólo nos quedó el recuerdo de un fin de semana turnándonos por escribir los análisis en la computadora.

Esta metodología que podría compararla a la que según las películas y series norteamericanas, utilizan con los estudiantes en su sistema, definitivamente atraería más lectores y reforzaría el pensamiento crítico desde jóvenes. Ver mas allá de la simple lectura para cumplir con requisitos y pasar materias sino aprender a ver el mensaje que alberga, la complejidad de los personajes y sus intenciones, y lo más importante, lo que podamos rescatar de ella para guardarlo para nosotros mismos el resto de nuestra vida.

Excelente esta serie de posts @rnunez09.

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