Quienes sentimos la necesidad y responsabilidad de contribuir creativamente en el planeamiento, conducción, orientación, supervisión, administración y evaluación de los sistemas, subsistemas, tipos y modalidades educativos, en procura de que estén orientados a la formación de personas conscientes y capaces de asumir desde muy jóvenes, con elevada capacitación y eficiencia, los roles que al respecto la sociedad les asigne, tanto para apoyar las generaciones adultas como para reemplazarlas, cuando aquéllas se vayan retirando de la vida social activa, debemos afrontar diversos desafíos, entre los cuales destacan:

• Proseguir participando permanentemente en los procesos de formación, capacitación y actualización de nosotros mismos; de los demás profesionales de la docencia y de quienes deseen calificarse para el ejercicio de esta noble profesión, lo cual implica esforzarse en alcanzar el mayor dominio posible de materias o disciplinas, que nos preparen como guías y orientadores de los procesos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes, tanto de aquellas cuyo objeto de estudio son aspectos muy específicos del fenómeno educativo, tales como Pedagogía, Didáctica, Currículo, Política, Legislación, Administración, Supervisión y Evaluación, como de las llamadas disciplinas auxiliares o complementarias como: Biología, Psicología, Sociología, Economía, Filosofía, Política, etc. Mediante la preparación que tales disciplinas aportan, los docentes nos estaremos capacitando para participar como especialistas, investigadores o docentes en asuntos o campos específicos como el Diseño Curricular y el Diseño Instruccional Educativo de programas, unidades didácticas y planes de clase, persuadidos que al desempeñarnos en cualquiera de estos roles nos convertimos en corresponsables de la correcta conducción de la educación, en cualquiera de sus niveles, modalidades y etapas y que en dichas labores, debemos atender con esmerada atención las teorías, exigencias, enfoques, modelos y procedimientos procedentes de los hallazgos científico-tecnológicos procedentes de las sendas disciplinas estudiadas.

• El Segundo Gran Desafío que se nos plantea a los profesionales de la docencia, consiste en la necesidad de contribuir a NEUTRALIZAR O ANULAR aquellos factores que atentan o impiden que los diseños curriculares educativos, que con tanto esmero elaboramos, se cumplan en la realidad concreta de cada Comunidad, Región o País.
  Los estudiosos de estos obstáculos o barreras recurren a diversos enfoques y criterios para su estudio y eventual explicación. Algunos los denominan Currículo Oculto; son los que piensan que tales barreras vienen dadas por tensiones, contradicciones y conflictos que surgen del conjunto de normas, valores, principios, actitudes, ideologías, creencias y doctrinas que caracterizan a los profesores, familia, funcionarios y alumnos con lo planteado en el currículo real de cada institución educativa. Tales conflictos no aparecen explícitos en el currículo, pero sí determinan el ritmo, constancia, persistencia y voluntad con que se lleva a cabo el desarrollo curricular. Otros prefieren denominarlo, Deficiencias en la planificación del Recurso Humano y en consecuencia, casi todo lo atribuyen a fallas y errores en la identificación de las necesidades actuales y futuras de los recursos humanos requeridos para cada institución educativa. Entre algunos de esos errores destacan: el envejecimiento, a veces prematuro, de quienes tienen la responsabilidad de aplicar los diseños curriculares; la carencia de motivación y compromiso con los fines, misiones y visiones de la institución educativa en la cual se labora; resistencia de gerentes, docentes y familia a los cambios y transformaciones que reclama la sociedad; los caprichos, la terquedad o desobediencia de quienes son los encargados de la aplicación del diseño; etc. Cualesquiera sean los enfoques o criterios utilizados para tratar de explicar tales obstáculos, debemos multiplicar nuestros esfuerzos profesionales para superarlos, a través de rigurosos estudios que nos permitan tomar las decisiones más acertadas, en aspectos tales como:

1. Detección temprana de las contradicciones existentes entre las situaciones de infraestructura y los sistemas diseñados.
2. Desarrollar, revisar y actualizar constantemente los perfiles de competencia requeridos para satisfacer las demandas de personal planteadas.
3. Elevar la rigurosidad en la selección de personal que esté realmente comprometido con los diseños curriculares que las instituciones educativas requieren aplicar.
4. Organizar con la mayor frecuencia posible, seminarios, talleres, cursos, jornadas, diplomados, de libre acceso para todos, que se ocupen de la capacitación y actualización del personal
5. Aplicar políticas de incentivos y reconocimientos a los profesionales docentes, por su esmero en la aplicación y evaluación de los currículos diseñados.
6. Organizar y ajustar programas que satisfagan necesidades emergentes en cada organismo o institución educativos y esclarecer oportunamente el perfil profesional que debe poseer el personal que se requiera para ocuparse de ellos.
7. Establecer y velar por el cumplimiento de políticas y estrategias de colaboración interinstitucionales.

Escribe el cierre aqui En entregas posteriores estaré llevándoles mis modestos aportes sobre diseños curiculares, tales como la Función Motivadora de la Evaluación Educativa, para elevar la eficiencia de la enseñanza y de los aprendizajes de los estudiantes.