Un largo trayecto Capítulo VI (Parte 1)
VI (4)
La vida y existencia de Fabián hubo padecido dos etapas, marcadas de forma indeleble y de por vida en un antes y un después, ocasionado por el fallecimiento de su abuelo Jofiel.
Apenas Fabián hizo uso de razón en su temprana niñez, pudo contemplar plácidamente el significado de una familia, una madre y un abuelo paternal que lo amaban. Su vida corrió así durante algunos años, en una alegría inconsciente perentoria de su infancia. La felicidad extrema duró lo que duró el corazón de su abuelo, y esa nueva realidad trastornante y embaucadora se presentó sin previo aviso y sin miramientos en la psique de Fabián, dado que ahora carecía de figura paternal, pudo visualizar sin obstáculos y con una lucidez sobria el hecho de que él era un fracaso en la vida de su papá, que lo rechazaba de tal forma que solo se hacía presente en los números a fin de mes, nunca llegó a conocer ni a reconocer el rostro de hombre que le hizo el milagro de la vida, a medida que ese pensamiento fue lúgubremente aceptado logró sopesar y reflexionar lo suficiente al respecto, hasta el punto en que sencillamente se hizo parcialmente estéril al dolor existencial que le causaba el rechazo de su padre, sin lograr a aceptar nunca el sofocante estado de abandono en el que se sentía a pesar de los incesantes esfuerzos de su madre, nunca lo habló con nadie, jamás le intereso darse a explicar ni ser comprendido, aunque él mismo se extrañaba en como paso de ser un chico alegre, vivaz y jovial a una muchacho ensimismado de pocas palabras, su naturaleza sufrió una metamorfosis.