No te has preguntado si ¿la tecnología puede dañar a los niños en su etapa de desarrollo?. Según un estudio de pediatría de la Universidad de Washington, arroja que estamos introduciendo a los niños a la tecnología muy pronto, en países desarrollados un niño empieza a ver la televisión normalmente a los 4 meses de edad, en Estados Unidos el 75% de los niños de 3 años ya tiene su propio dispositivo móvil y en un día común un niño de preescolar pasa al menos 6 horas viendo una pantalla.

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Los niños están haciendo uso de la tecnología demasiado pronto y pasan mucho tiempo en ello, por eso el uso excesivo de la tecnología puede llevar a que un niño se obsesione haciéndolo adicto y creando cierta dependencia hacia los aparatos electrónicos. Cuántos de nosotros no hemos presenciado alguna situación descontrolada donde un niño necesita tener algún dispositivo electrónico para calmar su imperactividad o simplemente se refugia en el aparato porque éste le brinda más atención que sus padres.

¿Problemas Psicosociales?

En muchas ocasiones los niños prefieren pasar tiempo en sus dispositivos que convivir con otras personas y esto no es completamente su culpa, ya que los mismos padres lo llegaron a fomentar incluso este excesivo uso de aparatos electrónicos puede afectar su nivel de atención, en donde el tiempo estimado es de 8 segundos y hace 5 años un niño podía estar atento en una sola tarea durante 15 segundos por eso es que el uso de aparatos electrónicos debe ser de manera moderada y responsable. Otro estudio de la Universidad de Boston demostró que el cerebro de los niños de 3 años se ven afectados por los Smartphone y tabletas, ya que no tienen la capacidad de asimilar o recibir estímulos generados por estos artefactos. Y es que el desarrollo cognitivo y y psicológico de un niño es muy complejo en donde la relación con su entorno y el autoconocimiento son vitales para su estabilidad emocional.

Estemos atentos a la aptitud del niño o niña

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Según la Asociación Americana de Psiquiatría, los niños pueden padecer síntomas similares a las adicciones tradicionales como con el alcohol o las drogas cuando usan en exceso las nuevas tecnologías, tales como teléfono. De esta manera propone estar atento a las reacciones de los niños ante las siguientes situaciones:

1-. Cuando la actividad de la que sospechamos pasa a ser el centro prioritario para la persona. Todo lo demás pasa a segundo término, incluso actividades que antes eran placenteras como salir con los amigos
2-. Si se confirma un aislamiento del resto de la familia. Se pasa horas encerrado en su habitación y le cuesta respetar incluso los horarios de comida o sueño.
3-. Se vuelve irritable. Discute fácilmente y no atiende a razones.
4-. Se utiliza la mentira para justificar o tapar algunas de sus conductas. En casos extremos puede haber conductas de hurto para conseguir dinero en el caso que lo necesite para seguir con su adicción. No reconoce que tenga un problema. No quiere hablar de ello

Entre otros problemas anunciados, uno de los que más se ha destacado es el sedentarismo entre los niños, el cual provoca enfermedades tales como la obesidad, la diabetes y problemas cardiovasculares.