El triunfo del "parecer" sobre el "ser". Aceptación vs Personalidad

Desde varios puntos de vista la modernidad ha apuntado a desincorporar el aspecto humano de las labores, casos tales como la industrialización y la robótica muestran a la tecnología asumiendo roles que antes fueron competencias humanas, esto no parece generar otro problema mas allá del desempleo causado debido a estos avances y sería obtuso negar su versatilidad basándonos en esa premisa.

Pero que sucede cuando las nuevas tendencias desincorporan al "ser" como tal, presentando y definiendo nuevas formas de "vivir" marginando otros enfoques alternativos que naturalmente existen en distintos individuos. En la mayoría de los casos este proceso de control es regido por intereses comerciales, donde se condiciona al individuo a desarrollar necesidades que antes nunca imagino. Pero esto a pesar de ser importante es ya un tema tratado desde el enfoque anti capitalista hace décadas. Lo que la posmodernidad nos plantea es la alienación conductual, donde son nuestras actitudes el producto a modificar, generando así nuevas necesidades de personificar ciertos arquetipos sociales que son recompensados con respeto y admiración o al menos inclusión, contrastando con cualquier otra particularidad que no se adapte a lo preestablecido.

Analicemos con detalle los reality shows: Al comienzo su formato fue de cámaras escondidas donde se respetaba aún el aspecto de realidad. Pero no es un secreto que en la actualidad la producción se encarga de presentar a los "actores" un guión a seguir. Es esté guión, disfrazado de realidad espontánea lo que lleva al espectador a una nueva dimensión donde es muy fácil confundirse. Escenas de familias disfrutando a todo dar lugares como Mykonos, donde cualquier otro sentiría que vive el mejor de sus días, son escenario de discusiones y altercados banales basados en egoísmo, indiferencia, ira e incluso ignorancia. Jóvenes reunidos en pomposos lugares, para ir de fiesta y disfrutar de manera periodica, son promocionados y ascendidos según muestren sus anti valores, donde toda muestra de personalidad no alineada al concepto es castigada con algún demérito. Cierto es (aunque no definitivo) que en una edad adulta es más difícil ser influenciado, pero ante este tipo de neo realidad televisada ¿Qué posibilidades podrían tener niñ@s y adolescentes de presentar oposición al condicionamiento conductual?

Es importante recalcar, que no es lo ostentoso o sexual de los personajes lo que representa la enajenación, eso sería enfocar los puntos de vista izquierdistas o conservadores únicamente. Hablamos de la conducta del "parecer", esta nueva ola donde la importancia recae en las reacciones sobre los hechos y no en los hechos como tal. De abstenerse de experimentar para no ser juzgado y poder juzgar. Cualquier muestra de emoción real distinta a las ya establecidas, desencaja en vez de aportar a la estructura social.

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De suma importancia es preparar filosofalmente a nuestr@s niñ@s para comprender este tipo de acciones externas sin resultar afectados. ¿Negar u ocultar la existencia de este tipo de influencias a los infantes? Es una tarea difícil en un mundo ya globalizado.

El viaje a la libertad del pensamiento puede resultar menos atractivo si conlleva al exilio, pero no debe ser ese nuestro caso. Aceptar nuestra particularidad es realmente aceptar la universalidad de las cosas y sino perdemos el tiempo en retaliaciones o haciendo juicios de valor, podríamos ser capaces de procesar la gran cantidad de información que estos nuevos tiempos hacen llegar a nosotros sin afectar nuestra personalidad.

Esperemos que en el futuro aun conservemos los diversos rasgos culturales y personales que forman parte del universo conductual llamado humanidad.