No es presidente ni pueblo ni patria, es cultura, respecto y amor.
Hoy me veo en la necesidad de hacer una critica absoluta sobre el metro de Caracas. Es como tener que aceptar algo en definitiva, algo que desde hace mucho tiempo la mayoría a querido gritarlo.
Al levantarme para ir a mi universidad mientra me bañaba y vestía, pensaba lo difícil que seria montarme en el metro, como de costumbre. Me monto en la estación gato negro para ir a parque Carabobo que es donde realizo mi jornada estudiantil. A diario estoy veo y experimento que el metro este a su máxima capacidad, como esta muy lleno debo esperar a que pasen un varios trenes para lograr montarme, aunque el destino escribió una historia diferente el día de hoy.
No tengo idea cual fue la razón, pero sorprendente mente el metro llego a gato negro totalmente vació, supongo que no estaba prestando servicio comercial en las estaciones anteriores. Todas las personas que estaban esperando el metro conmigo estaban impactadas y emocionadas por el hecho de que este vació.
A mi derecha se sentó una anciana muy linda, de unos 70 o 80 años de edad (desde mi punto de vista clínico). La anciana tenia a bebé como de 9 meses. La señora y yo establecimos una conversación, sobre la situación del país y lo que le ocurría a la madre del niño, me contó que la madre sufría de esclerosis múltiples y que por tal motivo cada vez que la madre entraba en periodos de dolor ella se hacia cargo del niño.
El tiempo se nos paso muy rápido hasta llegar a la estación que por coincidencia los dos llegábamos, me dirigí a la anciana la levante del asiento explicándole que es mejor que estemos cerca de la puerta para poder salir mas rápido por que conozco la locura y la agresividad de los usuarios en esta estación. Aunque la abuelita me respondió que estuviera tranquilo, que no es la primera vez que debe hacerle frente a este tipo de situaciones. Así que se paro junto a mí en la puerta, esperando a que esta abriera.
De un momento a otro se abrieron las puertas, todos los usuarios que se encontraban a fuera del vagón entraron como una manada de toros enfurecidas, quitando a quien estuviera en su paso. En mi casa tuve que empujar, golpear con mis codos para lograr salir ileso.
En ese instante fue como un rayo de luz que cayo en mi mente pregúntame por la anciana y el bebe, fue allí cuando decidí voltear a ver que paso con ellos, el bebe estaba en suelo llorando y la señora de rodillas en el otro extremo del tren. Me sentí un héroe y me tire al suelo a levantar al bebe, y con una mano tome a la señora con algo de agresividad la traje a mis brazos para que pueda salir del metro.
No pude contener mi molestia, enojo e indignación gritándoles cualquier cantidad de improperios, desde "salvajes" hasta cálidos saludos al coños de sus progenitoras.
Por fortuna tanto el bebe como la anciana solo tuvieron raspones y algunos golpes no severos. Esto me lleno de mucho tristeza sabiendo que todos en este país, tienen un culpable a las cosas "EL PRESIDENTE MADURO" pero en realidad tenemos el presidente que merecemos actitudes como me dan cada día mas la razón.
Muy buen post! Es verdad últimamente el metro es más salvaje y fuerte. Ya se perdieron las buenas costumbres, el ayudar al prójimo!
Así es amigo, gracias por leer.
totalmente de acuerdo
totalmente de acuerdo
Es cierto . al final fuiste uno mas de ellos, gritando improperios como decís. Es difícil mantenerse tranquilo, pasivo en estas situaciones. Gracias por tu reflexión.