Practicar el Altruismo

Será posible que en éstos tiempos hayan seres humanos que posean pensamientos tan altos como para hacer el bien a otros, sin reparos en sus intereses propios como persona ? ... si pues, quizá es una forma de mostrarse ante el mundo como seres que se desprenden de si mismos y en ellos no hay apego hacia lo material. Imagínese, desprenderse del “yo fui o yo soy el benefactor “, no hay mayor generosidad que aquello de mantenerse en el anonimato, por lo cual quien ejerce el altruismo es aquel que libra una lucha en contra del egoísmo, la ambición de poder y de lo material que no hace más que enfermar la mente del hombre.

Grandioso ha de sentirse la persona que consigue hacer de la vida de los demás, un espacio más agradable. Y aún más cuando se trata de ayudar a otros que en algún momento no han tenido el mejor de los comportamientos en su vida, pero que sin embargo hacer obras dirigidas a ellos llenan tanto al altruista, que le llevan a una felicidad máxima por el bienestar de éstos seres. Es por ello lo trascendental de la formación en valores desde la vida familiar y luego en la escuela.

Pero para que realmente haya un pensamiento altruista, debe haber un deslastre de toda pasión personal por el elogio o reconocimiento, debido a que tal acción implica la grandeza espiritual desde la compasión del corazón mismo; es como mirar desde afuera la felicidad de alguien más, sintiendo regocijo en el alma.

Y por ahora, para finalizar estas líneas que mueven hacia la reflexión de lo que realmente enriquece al ser, cabe destacar que fue Augusto Comte, filósofo autor del paradigma positivista, quien a partir de la palabra italiana Altrui (el otro), derivada del latín, quien aporta el término opuesto a egoísmo.