Concluyendo mi viaje por el cono sur, pasé unos días en Buenos Aires, la capital de ese hermoso país llamado Argentina.

Buenos Aries es una ciudad con un tinte muy europeo, su arquitectura te recuerda un poco a Madrid, París, Lisboa, tal vez Berlín. Aunque también tiene un poco de Norte América como el sector del obelisco, que nos recuerda a Washington o la Avenida Corrientes que tiene una semejanza a Broadway, Nueva York.

Caminé por sus calles, a pesar de la lluvia de este mes, y pude apreciar lo amplio de sus avenidas, lo bonito de sus fachadas. Siento que el tiempo se me hizo corto para poder admirar tanta belleza, pero lo poco que pude conocer lo disfruté enormemente.

Para aprovechar mejor la visita decidí contratar un city tour que me llevó por los sitios más emblemáticos de Buenos Aires: La Casa Rosada, el Obelisco, el teatro Colón, la plaza Naciones Unidas, el Barrio de Santelmo con su feria, Palermo Soho, Puerto Madero, etc.

La gastronomía es muy variada, sin embargo preferí la opción de las carnes pues, su fama me hizo probar los diferentes cortes que te sirven y definitivamente no hay nada mejor que una buena parrilla argentina. Comer alfajores, chocolates, dulce de leche, tomar vino y otras exquisiteces hizo que la balanza se disgustara conmigo, bueno… ya habrá momento para ponerse de nuevo en forma. No pude pasar la prueba de tomar mate, su sabor me pareció muy amargo y según me dijeron tienes que acostumbrarte desde pequeño.

La gente en Buenos aires, y en general la de todos los otros sitios de Argentina que visité: Bariloche, Ciudad de la Plata, las Pampas, me trataron con mucha amabilidad, al saber que los visitaba desde Venezuela mostraron su solidaridad con mi pueblo y me hicieron sentir como en casa.

Hubo un lugar que me llamó mucho la atención y que tenía deseos de conocer desde hacía tiempo, se trata del cementerio de La Recoleta, ese museo al aire libre que te impresiona tanto como el Père-Lachaise de París. Tuve la dicha de conocer ambos y tienen mucho parecido, y como no iba a ser de esta manera si fue diseñado por el mismo arquitecto: El francés Próspero Catelin.

Este recinto es lecho final de muchas personalidades importantes y sin duda la tumba más visitada es la de Evita Perón.

Nos llevaron al barrio de La Boca y me encantó Caminito una calle muy pintoresca, morada de artistas callejeros, tiene muchos restaurantes y sitios con artesanías.

En este barrio se encuentra el famoso estadio del Boca Juniors, popularmente conocido como La Bombonera.

Aquí me pusieron a bailar tango pero lamentablemente este arte no se me da. Por lo que decidimos terminar nuestra semana en Buenos Aires con una noche de tangos en un lugar nocturno de la ciudad.

Por lo pronto me despido de este hermoso país con la esperanza de algún día regresar, a ustedes les doy las gracias por leerme, y será hasta un próximo destino.