ANALOGÍA DEL SOCIALISMO
(Imagen de hafteh7 en Pixabay)
VENEZUELA, mi bello país, cuanto duele ver en lo que te han sumido.
Recientemente intercambiando ideas con algunos amigos acerca de nuestra situación actual,.. Entre uno y otro tema, una apreciación:
“EL PROBLEMA NO ES EL SOCIALISMO SINO LA CORRUPCIÓN”.
El socialismo es el origen de la corrupción porque socialismo significa poner en un pequeño grupo los recursos.
Te marean con el discursito:
*El problema del mundo es la desigualdad
*La clave es la repartición de las cosas
*El 1% concentra el 90% por ciento de tierras que vaya usted a saber de dónde se sacan esa estadística; pero que repiten como loros. Es que esta desigualdad...
(Imagen de OpenClipart-Vectors en Pixabay)
Cuando los números realmente nos enseñan, que por primera vez en la historia de la humanidad, de cada 10 personas que estamos vivas, 1 vive con menos de un dólar al día. Ay que tragedia. Que desgracia.
Pero resulta que nueve ya no viven con menos de 1 dólar al día.
¿Es un problema? Claro que es un problemón, y por lo mismo deberíamos estar apoyando los sistemas que acaban con la pobreza. Y el mejor programa social para acabar con la pobreza se llama empleo, Y para que haya empleo, tiene que haber el libre mercado; porque de esta forma hay un montón de empresas compitiendo por llevarse a los mejores empleados.
Te dicen los socialistas:
—Es que la explotación laboral —Pero si tú contribuyes a eso, ya que con tu negación de que haya libre mercado, haces que las oligarquías nacionales estén frescas y tranquilas, porque como no tienen que competir, les importa un comino pagar unos sueldos de miseria.
Ahora bien, si en tu país hay varias empresas que están siempre seduciendo a tus empleado con mejores prestaciones, entonces te vas a poner las pilas y vas a dejar de ser un explotador.
A fin de cuentas, los socialistas con ese cuento de la repartición, no se dan cuenta que están financiando su propia destrucción.
El éxito de los socialistas es que sus ideas van amarradas de sentimientos, por eso, cuando te identificas con una canción, no se te olvida el mensaje porque va amarrado a un sentimiento.
(Imagen de Jonny Lindner en Pixabay)
Quiero hacerles esta analogía, porque para hablar de estas cosas hay que leer mucha economía; pero hay que saberlo transmitir en ejemplos para que sea mas fácil de fijar la información.
Tal vez me juzguen y piensen que con este tipo de ejemplos tan sencillos, quiera explicar temas algo complejos; pero a pesar de eso voy a valerme de él para explicar la diferencia entre creación de riquezas versus repartición. Hagamos este ejercicio:
Pensemos en el planeta tierra. Esa pelota azul, ha estado dando vueltas por los últimos 4.500 millones de años, y la pelota azul, pues, a diferencia de uno que otro meteorito, o uno que otro cambio de era glacial, siempre ha tenido los mismos elementos de la tabla periódica —carbono, plutonio, silicio, aire, agua, plantas, fauna— que han ido evolucionando a través del tiempo a mamut y dinosaurios a lo que tenemos hoy; pero el planeta tierra en lo que se refiere a objetos materiales, o a recursos materiales, siempre ha tenido los mismos.
Si ustedes analizan un auto o cualquier otro objeto, van a descubrir que hay ahí minerales que pisaron los dinosaurios; pero claro tuvo que pasar algo para que nosotros tuviéramos autos, y los hombres de las cavernas no. Y entonces ahí es donde viene la gran pregunta:
Si el planeta tierra siempre ha tenido los mismos recursos, y la cosa se tratara de repartición ¿Por que no hubo una repartición equitativa, y que a cada quien nos tocara nuestra parte de la tabla periódica a ver cómo nos iba?
(Imagen de Eric Perlin en Pixabay)
Porque lo que realmente ha logrado la transformación de un mundo de cavernícolas, que apenas tenían cavernas y fuego, al hombre moderno que tiene: Auditorios, micrófonos, teléfonos celulares, cohetes en el espacio, aviones, internet, ¿De donde vino todo eso?, ¿Vinieron un día los aliens y lo pusieron todo aquí? No. Todo eso salió del único recurso inagotable que existe en este planeta, que es el cerebro humano.
Y esto es la base filosófica de por qué el socialismo no va a funcionar. Porque el cerebro humano para poder crear todas esas cosas que el cavernícola no tenía necesita ser libre. Libre para pensar, libre para viajar, libre para comerciar, libre para intercambiar, libre para estudiar, libre para desafiar, libre para cuestionar.
Si la mente humana no es libre, no puede crear. Y cuando la mente humana se aprisiona y se le empieza a decir: No puedes comerciar, no puedes viajar, no puedes leer, no puedes hacer; ese país se estanca, y les voy a poner el ejemplo de cómo se estanca:
Hagamos de cuenta, que en un recinto donde están reunidas 100 personas que asistieron a una convención, repentinamente se les cierra la puerta y se les dice:
“BIENVENIDOS A LA REPÚBLICA COMUNISTA DE PRUEBA”, vamos a quedarnos aquí encerrados durante los próximos 50 años; y como estamos obsesionados con la igualdad, me hacen el favor todos de quitarse la ropa y todos los objetos personales, y vamos a formar montones de camisas, de corbatas, de zapatos, de pantalones, de teléfonos celulares, de gafas, de bolígrafos, de billeteras; Bien, ya todos desnudos vamos a contar cuántos somos, vamos a contar cuantos manteles tenemos, cuántas cosas hay y así lo vamos a repartir en partes iguales porque que bonita es la igualdad”
(Imagen de Quinn Kampschroer en Pixabay)
El primer problema que nos vamos a encontrar es:
¿Como hacemos la repartición?
¿La hacemos por tallas o la hacemos por colores?
¿Y qué pasa, si tenemos mas objetos de uno que de otro?
Y ustedes dirán: Que ejemplo más absurdo; pero amigos, esto es lo que ha pasado en todos los regímenes comunistas. Llegan al poder con el discursito de la igualdad, y luego no tiene ni idea cómo hacer una repartición igual, ni siquiera por cuestiones como talla o peso.
Pero supongamos que son tan inteligentes, y que esta vez el comunismo si va funciona, porque somos unos cerebros brillantes, y logramos hacer esa repartición, igual ni siquiera por cuestiones como talla o peso.
Pero supongamos que somos tan inteligentes, y que esta vez el comunismo si va a funcionar, porque somos unos cerebros brillantes, y logramos hacer esa repartición y a cada quien le toca su parte.
Sucede un detallito: No te gusta lo que te toca. La corbata que te tocó no es de tu color preferido. Prohibido ponerse a intercambiar. A los primeros que se pongan aquí a charlar o armen un bazar para intercambiar lo que les tocó, los fusilo. Porque aquí el comercio es prohibido. Porque la empresarialidad es el satanás y el dinero es lo inmoral. Ser rico es malo.
(Imagen de Evgeni Tcherkasski en Pixabay)
Si a alguien se le ocurre tratar de hacer un radio transmisor y pedir auxilio al exterior, lo fusilo, porque esos son recursos del Estado, por el bien de la revolución y no están a disposición de la propiedad ajena, y así sucesivamente.
Supongamos que mágicamente logramos sobrevivir sin volvernos caníbales, con la poca comida que hay aquí adentro,
¿Que cree usted que va a pasar de aquí a 50 años, cuando esa puerta se abra y vengan los marcianos o los otros humanos?
Que mientras la humanidad avanza esto se volvió el APOCALIPSIS ZOMBIE DE LA REPUBLICA COMUNISTA DE PRUEBA, y aquí no se creó nada. Les puedo asegurar que no va haber ni una pieza de música, ni una pieza de literatura, ni una escultura.
Y esta es la razón, amigos, por la cual la igualdad aniquila la innovación, porque la gente libre no es igual y la gente igual no es libre, y la libertad implica riesgos, implica errores; pero es mejor ser libre para cometer errores, que ser igual para no vivir la vida. Y esa es la razón por la cual la Habana Cuba parece una postal de 1958, porque lo que hicieron fue eso —cerrar una puerta, repartieron como pudieron, y a partir de ahí ya no pudo haber innovación-
(Imagen de succo en Pixabay)
Entiéndase también que esta obsesión por la democracia, por las cuotas de mujeres, por la igualdad, que las repiten las élites latinoamericanas, es lo que nos está condenando a seguir cayendo en estos patrones de nuestra propia destrucción, por eso tenemos que definirnos ideológicamente para poder dar la batalla de las ideas.
HASTA LA PRÓXIMA