Parece increíble que una simple frase pueda llegar a influenciar la estructura psíquica y el comportamiento de una persona luego de escucharla. Si bien no ocurre de forma instantánea, hay frases que son como semillas de sabiduría, que si caen en tierra fértil en el momento correcto y se las riega; llegan a florecer y a dar su fruto.

Fuente

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¿Quién fue Marco Aurelio?

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Marco Aurelio fue un Emperador romano, conocido como “El sabio” o el “filósofo” (términos poco empleados al referirnos a algún gobernante poderoso). Algo fascinante es que solía escribirse recordatorios a sí mismo. Una de sus obras titulada “Meditaciones” es una especie de diario personal lleno de esas notas que Marco se escribía para sí mismo, la intención de ese libro no era la de ser publicado, sino de afirmarse a sí mismo el conocimiento.

En este artículo te comparto la primera de las enseñanzas que más me marcó, extraída del libro Meditaciones. En las próximas publicaciones compartiré las dos restantes.

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“Cuánto tiempo ahorra el que no voltea a ver lo que su vecino dice, hace o piensa.”

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Una frase sencilla, pero llena de sabiduría, como hecha para estos días modernos, caracterizados por el espíritu de hiperconectividad constante. Podríamos adaptarla a nuestros tiempos y decir:

• Cuánto tiempo ahorra aquel que no anda buscando, de perfil en perfil en redes sociales lo que hacen los demás.
• Cuánto tiempo ahorra aquel que no se la pasa revisando Instagram para ver lo que está haciendo tal persona, pendiente de cada paso que da.
• Cuánto tiempo ahorra el que no anda chismeando lo que le dijo tal político a otro o qué ropa vistió tal celebridad en tal evento.
• ¡Cuánto tiempo ahorraríamos! ¡Cuánto tiempo se nos va!
  Esta frase podemos analizarla en tres partes.

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Lo que el otro dice:

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Por alguna razón solemos sobrevalorar las opiniones de los demás. Si alguien tiene una opinión negativa de nosotros solemos emplear demasiado tiempo y energía en ello. Nos angustiamos, se nos activa la curiosidad (¿por qué piensa eso de mi, si yo soy bueno?) y hasta hay quienes se agitan emocionalmente al punto de procurar la venganza.

Durante mi tiempo trabajando en un centro de reclusión juvenil me encontré con varios casos en los cuales los chicos estaban privados de libertad porque “alguien estaba hablando cosas que no eran” y ellos decidieron tomar venganza contra esa persona, ahora les esperaba una sentencia en confinamiento.

Si bien, tampoco es el hecho hablar mal de las personas; la enseñanza es que no desperdiciemos nuestro recurso principal (el tiempo) haciendo caso a palabras, opiniones de otros mortales. Es tiempo perdido que hace perder más tiempo. Es un asunto de economía.

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Lo que el otro hace

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Similar a lo que dice, pero aplicado a las acciones.

• “¿viste lo que publicó fulanito?”
• “Fulanito se compró un carro ¿de dónde habrá sacado tanto dinero?”
• “Y este lo que hace es puro comer”
• “Estos como que terminaron, no han publicado más fotos juntos”
• “Yo no sé quien se la pasa es de rumba en rumba, no le atiende al hijo”.
• “Este se la quiere dar de fitness ahora”
• "Aquel se la pasa todo el día con una con una dibujadera..."

Seguramente has escuchado alguna de esas frases, y siendo sinceros algunas las habremos dicho. El Emperador Marco Aurelio se escribió esa frase a sí mismo para recordarse que es una real pérdida de tiempo andar pendiente de aquello que hacen los demás. Podríamos emplear esos recursos para nuestro desarrollo.

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Lo que el otro piensa.

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Similar a los otros dos, pero mucho más absurdo. ¿Por qué más absurdo? Porque nunca, nunca. (¡jamás!) podremos saber lo que otra persona está pensando. Sin embargo, llegamos a conjeturas propias de lo que otro podría pensar de nosotros o del mundo, y sufrimos por lo que creemos que el otro piensa (algo que nosotros mismos creamos). Como dice Séneca “sufrimos más por la imaginación que por la realidad”.
También incluye el estar pendiente de las filosofías o sistemas de creencias de los demás.

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En conclusión

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Andar pendiente de las opiniones de los demás, de lo que cada quien hace con su vida, con su sexualidad, con sus pensamientos o acciones; es perder el tiempo. Una enseñanza tan sencilla que resulta increíblemente difícil aplicarla. Pero podrías hacer como Marco, escríbela para ti a modo de recordatorio. Esta fue la primera enseñanza de esta serie de tres artículos que publicaré sobre Marco Aurelio y su filosofía, espero te sirvan en tu vida diaria..

Gracias por leer. Si te ha sido de utilidad y te interesan estos temas, te invito a leer otros de mis artículos

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