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Mi mente está repleta de tanta monotonía, y tú eres un salto, un cambio de realidad, donde mi mente se nubla por completo, donde el uso de razón cambia de ser usado con el cerebro, a ser usado con el corazón. Podríamos calentar incluso la punta del Everest, pues no hay bonsái tan pequeño como para no ser tallado, ni robledo tan grande para no ser escalado.

Cuando estoy contigo, por más tonto que suene, no sé como sentirme. Me siento tan bien, tan alegre, tan feliz de poder tenerte a mi lado. Pero, me da miedo pensar que podrías irte en cualquier momento. Supongo que vale más el ahora que pase contigo, a pensar en un futuro que aún no llega. Vale más confiarse del ahora, o eso dicen. Aunque, se dicen muchas cosas, a oídos sordos no llegarán ni buenas ni malas noticias, a ojos ciegos no llegará vista de cosas maravillosas ni cosas horrorosas, pero, a corazón cerrado, lo único que no llegará es lo que más se anhela desde que se tiene memoria.

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Pero, yo me confío en todo el tiempo. No hay presente sin pasado, ni futuro sin presente, eso quiere decir que si mi ahora eres tú, quiero que seas el mañana también. Sólo me queda agradecerte, por cada momento que pueda pasar contigo. A pesar de que el tiempo vuela, no vuela solo, vuela con recuerdos y sentimientos anexados a él, el tiempo puede ser el mejor amigo y el peor enemigo. Para mí, podría ser ambas, porque te trajo a ti; pero no sé en que momento podría llevarte. Dale tiempo al tiempo, y dale cariño a quien se lo merece mientras aún tengas ese tiempo. Pero tú, te mereces más que eso y por eso, sólo quiero que sepas que.