El acoso callejero es un problema real.
A lo largo de nuestras vidas, ¿cuántas veces hemos sido víctimas del acoso callejero? La respuesta seguramente sea: "muchas" y ¿cuántas veces hemos hecho algo? probablemente, pocas. El acoso callejero es un problema real que nos afecta a todas, directa o indirectamente. Como mujeres estamos expuestas ante esta situación. Muchas personas (incluso mujeres) afirman que un piropo se puede considerar un halago mientras que el contenido del mismo no sea obsceno. En realidad poco importa el contenido cuando lo que afecta es la intención. Importa también que al ser mujeres somos vulnerables y tenemos que recibir casi a diario comentarios que no queremos ni necesitamos escuchar y aún así debemos hacerlo y la mayoría de las veces sólo callamos, bajamos la mirada y seguimos de largo porque no nos queda de otra. El problema es que sentimos incomodidad al pasar frente a un sitio donde hay varios hombres reunidos, dejamos de ponernos ropa que nos gusta porque eso evita un poco que nos digan algo, y en general, no podemos salir solas en la noche porque algo nos puede suceder. El miedo no es sólo al acoso, es a la violación e incluso a la muerte. Y todo esto nos pasa sólo por ser mujeres. Hace unos meses leí la denuncia de una chica argentina que reaccionó ante un comentario recibido en la calle y el tipo la golpeó, la gente que estaba en el sitio no intervino y le dijeron que: no era para tanto, que se lo pudo haber evitado y cualquier cantidad de respuestas culpándola a ella. El acoso puede pasar de palabras, hay hombres que persiguen o tratan de besar o tocar simplemente porque consideran que pueden hacerlo y porque la mayoría de las veces se salen con la suya. A mí una vez un hombre me persiguió durante varias cuadras e insistía en hablarme aunque yo le decía que no aterrada y sólo aceleraba el paso para llegar a mi destino y sentirme segura, porque la calle estaba sola y se hacía de noche. Eso me pasó sólo porque soy mujer, porque iba caminando sola y estaba oscureciendo y esto es algo que no tenía que pasarme. Él tenía que haber dejado de insistir la primera vez que le dije que no quería hablarle y sin embargo no lo hizo. También me han intentado besar en varias oportunidades, aunque he reaccionado y no ha pasado del intento. Pero una vez estando en el colegio y con trece años de edad, estuve presente cuando caminando con una compañera de clases por la calle un hombre que venía de frente la agarró a la fuerza, la besó y siguió de largo riéndose.
Siempre he considerado que el feminismo va más allá de teñirse los vellos de las axilas de colores, es algo más importante que pedir que se diga: "cuerpa" y no "cuerpo" porque según, es machista. Lo que sí es cierto es que hay causas justas que nos competen a todas y el acoso es una de ellas.
He visto movimientos y personas anti-feministas y lo son ante las protestas en contra del acoso callejero. Si protestar ante esto no te parece que vale la pena, es mejor callar, si no sumamos, no hay que restar.
Fuente de las imágenes: Pixabay
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Me parece una reflexion muy acertada, estoy de acuerdo en todo menos en una cosa:
"hay causas justas que nos competen a todas y el acoso es una de ellas."
Las causas justas nos competen a todos a hombres y mujeres, asi que añadenos a nosotros en esa frase :-) , porque como dices es una causa justa.
No hay mayor acto de cobardia que utilizar una posicion de fuerza contra alguien, el hombre o la mujer que hace esto es un comportamiento de cobardia y miserable.
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