¿Crees en la inoportuna casualidad? ¿O comprendes la sincronizad donde no existe tiempo ni espacio?

Sólo tu decides que creer...

Se detuvo

Todo se detiene, los días de rutina se desvanecen, y sin darnos cuenta los cambios y las transformaciones comienzan a manifestarse. Todo se detiene y de pronto nos sentimos en una real escena de ciencia ficción, entre la incertidumbre y el desvanecimiento de los paradigmas que nos habitan y nos controlan. Todo se detiene y de pronto comienzo a notar mi respiración con más atención, a observar a quienes me han acompañado durante toda mi vida y están conmigo en este ahora. Es como si de pronto el chip de la vida esclavizada se detuviera, el pasado y el futuro se desintegran y comenzamos a vivir el ahora, el momento inmediato, nuevas experiencias de contacto con nosotros mismos nos renuevan de sabiduría y compresión. Y ahí, poco a poco, nos vamos dando cuenta de que todo este tiempo hemos estado dormidos, entregados a un patrón numérico que nos ahoga y nos hace parte de una ilusión. Aquí vamos, recuperando la lucidez, recordando, sintiendo, viviendo, en un gran momento de cambio, que nos transforma, nos eleva y nos hace conectar con la verdad que nos habita y presiente todo.

Cuando te despejas de la rutinas, los patrones, los lenguajes manipulados y pronunciados por la sociedad, te das cuenta que la naturaleza comienza a ser ese espacio de sanación que te provee todo lo que necesitas para ser feliz.

La positividad de creer en ti y mantenerte firme, porque día tras días te lo demuestras, al estar distanciado de todo, en las cercanías del mar. Te olvidas de todo aquello que te limita y te hace creer en la inferioridad, todos los códigos que te atan al engaño, comienzan a desvanecerse, y comprendes cómo funciona el software de la vida. Tu consciencia se eleva, y tu lucidez te permite uso pleno de la perfección de tus capacidades.

Por eso amemos el momento, disfrutamos el paso que damos, el aroma del café que nos seduce el alma, el sonido de los pájaros cantar por las mañanas, el sentirte en la cama mientras estás por irte a dormir, el abrazo de alguien que no te abandona, la pasión de hacer lo que más te llena el alma. Ama, ama cada segundo de tu vida, ni siquiera dudes en hacerlo. Ama el momento y comenzarás a despertar de la amnesia que te ha tenido dormido, ante la plenitud de la vida. ¡Ama!

El mundo se detiene, haciéndonos entender que el ahora en nuestro más preciado regalo. Ni pasado efímero ni futuro improbable. Que tu máxima presencia en el instante inmediato te haga entenderlo todo. ¡Solo vivelo!