Melancolía de una despedida

Desde que te fuiste fue muy duro para tus familiares y amigos ver tu partida, por tus desesperanzas y con sueños que cumplir, tomaste la decisión de emprender tu ida a otro país. Quise darte lo mejor de mi, pero no hubo forma como detenerte, no hubo palabras que te convencieran de quedarte, todos comprendimos que teníamos que dejarte volar.

Cada vez que rodabas en ese autobús alejandote de mi, sentía en mi ser que algo se iba desprendiendo... era como si mi cuerpo empezara a resquebrajarse, se que me llevas contigo. Ese día que te vi partir lejos de mi, quería pedirte que te quedaras, tuve que callar el dolor de mi corazón destrozado y mis lágrimas brotaban despidiéndome de ti.

Hoy después de 6 meses escuchar en un audio tus palabras tristes hacen que mi cuerpo se erice, escuchar tu voz quebrada en el exilio como lo dices tú, siendo una extraña por siempre en otro país, extrañando; tu comida, tu tradición, tu gente, tu clima, tu tierra que te vio nacer.
En mi mente quedaron grabadas tus palabras "No cambio a Venezuela por nada del Mundo". Ahora cada vez que veo a uno de mis hijos comer nuestros platos tradicionales, te recuerdo. Cada vez que veo a una peluquera trabajando duramente, te pienso, que jamás pensaste ejercer porque estudiastes como Ingeniero Mecánico, pero que hoy lo haces porque lo necesitas, me imagino que retumba en tu mente aquellas palabras que te decía: "estudia para que seas alguien en la vida", tanto sacrificio que hice para verte realizada y sin embargo me hace sentir que te falle.

Cuando el sol baña mi piel recuerdo esas palabra que dijiste "aquí hay un frío que se te mete hasta los huesos", mis lágrimas ruedan y deseo enviarte un poco de esos rayos solares para que calienten tu piel. Quisiera cambiar el mundo para que vuelvas y regreses, cuantas añoranzas, cuanta tristeza, las circunstancias te llevaron a irte de mi lado, te extraño y aquí en la puerta de tu casa esperaré tu pronta llegada para abrazarte y darte ese calor de madre que siempre te estará esperando. Mi melancolía es muy grande, pero haz de tu vida un triunfo, no desmayes, todo pasará.

Palabras de muchas Madres a sus hijos que están pasando por esto hoy en día en Venezuela.