No se mueve
Tanta es mi amargura
que siento el café de grano, azucarado,
tanto pensar en tu recuerdo estéril,
me congela las manos.
Me levanté temprano en aquel día
para ver de nuevo tus ojos "amielados"
mas en la empresa de arrancarte un "sí"
me quedé al final callado.
Ya los crisantemos había floreado
ya la noche buena se había acabado
y los últimos bostezos por la navidad
me habían abandonado.
Y ahí estabas, calladita,
en el corredor de madera de la casa de tu abuela,
cubierta con la piel del borrego que ta había comprado.
Apenas me movía,
mientras la fiebre de adorate me consumía parado,
si cuando el corazón late de esa manera es que algo presiente,
pero me quedé callado.
Luego de agarrar valor
frente a la copa de vino
le juré lealtad a tu recuerdo amado
y con las flores en la mano me aproximé a tu puerta
como un adolescente aventurado,
pero apenas vi la cuadra de tu casa, me quedé helado...
Algo a pasado, que tu casa está repleta de aves negras,
y el aroma del café me ha paralizado,
todo se esfuma ante mis ojos,
la claridad de tu rostro iluminado
se confunde con el duro suelo que de improviso me ha golpeado…
Gracias por tu apoyo. Saludos