Pedro y Nicolas no se habían visto desde hacía más de veinte años y se citan a almorzar.

"¿Cómo has estado?" preguntó Nicolas.

"He estado bien", dijo Pedro, mirando el menú, "Estoy casado con dos hermosos hijos. El trabajo es un poco aburrido pero paga las facturas. Y tú, ¿cómo has estado?".

Nicolas hinchó el pecho de orgullo,

"¡Bueno, he estado muy bien! He pasado los últimos veinte años viviendo el sueño. Dejé de vivir con mis padres muy pronto. Tuve la suerte de estar en una posición privilegiada en la que no necesité encontrar trabajo. He dedicado la mayor parte del tiempo a aficiones como leer e ir al gimnasio. El dinero tampoco ha sido un problema para mí.

¡Y el sexo! Cuando era más joven no era muy bueno. Pero desde mi posición provilegiada lo he conseguido de forma constante todos los días".

Pedro no pudo evitar escuchar y sentir un poco de envidia por el hecho de que Nicolas hubiera vivido la buena vida durante los últimos 20 años.

Los dos amigos se separaron después del almuerzo.

Más tarde, esa misma noche, Pedro estaba cenando con su familia cuando sonó el teléfono.

"Disculpe, ¿habla Pedro Gonzáles?" Preguntó una voz.

"Sí, soy yo, ¿en qué puedo ayudarle?" contestó Pedro.

"Estoy tratando de localizar a Nicolas Galindo. Usted figura como uno de sus contactos". La voz continuó.

"Bien..."preguntó Pedro confundido: "¿Puedo preguntar quién es?".

"Soy el oficial de libertad condicional de Nicolas. Acaba de salir de la cárcel".

Kiki Passo