El final es el comienzo (Corto 12)

        Vamos y demos otro salto sin retorno hacia esos parajes llenos de misteriosa magia. Prepárate y abandónate a la idea de mantener tu mente abierta, y sígueme en estas breves historias para ti y para mí. Una mezcla de fantasía, fábula y realidad, con pequeños toques a tu ser.

       Reciban un cálido saludo de corazón lectores de esta maravillosa plataforma. Espero que la estén pasando muy bien. Gracias por el apoyo, por sus comentarios y por seguir siendo parte de esta aventura. A continuación les dejo otra entrega venida desde los profundos y recónditos lugares de la imaginación. Cualquier parecido con alguna realidad es sólo "coincidencia". 
 

El final es el Comienzo

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      Las gotitas están muy orgullosas de su suerte. Estar en lo alto las hace sentirse vanidosas, quizás por la gran vista que ellas tienen desde allí. Les encanta mirar con desdén a los ríos y mares. Ellas se sienten más valiosas que esas de abajo: "jamás seremos como las de los charcos solitarios o los riachuelos moribundos que solo están para ser explotadas por los seres inferiores".

      Particularmente ese día, tienen una desesperada necesidad de estar juntas, se apretujan entre sí, una tras otra busca sostenerse con la ayuda de su compañera.

       Ese día en especial, el Sol, señor del cielo, está sofocando todo con sus potentes rayos. Ellas se miran unas a otras y pueden ver como sus pequeñas formas cambian de colores. Y el señor del cielo, con radiante júbilo, sigue pincelándolas de diferentes matices.

       Abajo en la tierra, un charco, mientras calma la sed de un moribundo, las observa con una mezcla de envidia y admiración. Ciertamente es todo un espectáculo celestial poder ver a sus hermanas gotas, sus congéneres, vestirse de vívidos colores. Mientras las gotas que lo conforman a él, apenas si logran reflejar un poco la luz del Sol.

       Se pregunta, por qué esos colores le dan nostalgia de recuerdos desconocidos. Pero que tonto, él allí en el suelo casi por secarse, quizá lo único que le queda es resignarse, en vez de aspirar a esas alturas inalcanzables.

       De repente, el viento del Norte hace su aparición y con gélido saludo canta sobre sus viajes. La brisa caliente del mar, su fan número uno, lo escucha y se le une. Esa mágica mezcla de calor y frío comienza a provocar cierta inestabilidad en las orgullosas gotitas, las cuales tiemblan hipnotizadas por esos cantos con misterioso frenesí.

       Los cantos se vuelven truenos. La imponente melodía del viento las hace chocar unas con otras, lo que provoca la aparición del relámpago. El señor del cielo se queda oculto, tal vez absorto en los cantos, por un instante. Las gotas perdidas en su arrebato caen una tras otra, mojando todo lo que se encuentran a su paso con sus diminutos cuerpos. De este modo, se convierten en mares, ríos, riachuelos y quebradas; hasta que el señor del cielo da la orden de parar. Sólo es un breve instante de frescura, pues el calor regresa a sofocar.

       De nuevo el Sol reaparece con su fulgor y comienza a enviar luz y calor a todo el lugar. Abajo está él; al principio creyó que era una oportunidad de ser más que un simple charco, ahora siente su final, toca secarse, extinguirse. Pero, ¿qué está pasando?

       Todo su cuerpo formado por gotitas comienza a subir. En un breve instante, se percata del porqué de su nostalgia. Las orgullosas gotas, que antes estaban en lo alto, ahora son parte de las aguas de un charco capaz de preservar vida. Comprende que el cambio es inevitable, y que todo tiene su valor. Pues el final puede ser el comienzo. Allí reside el principio de la Vida. El regreso al origen. Fin.

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Gracias por la bondad de pasar por acá y regalarme un interludio de tu tiempo, un trozo de la aventura de tu vida. Son bienvenidos todos tus comentarios.