Las enfermedades de todo tipo han acompañado el devenir de la humanidad desde los anales de los recuerdos y la memoria histórica. Seguramente, las mismas han menguado las poblaciones de homínidos incluso antes de que estos fueran capaces de nombrar los tiempos y recordar. Y también las capacidades de adaptarse que sujeta a esta especie al mundo, le ha permitido entender la causa de ciertas enfermedades, mismas que aparecen por diferentes motivos y uno de esos son los virus.

A grandes rasgos, en internet, es posible encontrar información señalando que los virus son microorganismos invasores de las células, se alimentan de ellas y construyen condiciones para reproducirse. Prácticamente cualquier criatura biológica conocida por la humanidad, es susceptible de padecer ante un virus. El sarampión, la viruela, la poliomielitis e incluso el SIDA, son tan solo un par de ejemplos conocidos de enfermedades causadas por los virus, pero en realidad es incalculable los efectos que pueden tener estos pequeños invasores.

Un misterio no menos opaco es el origen que pueden tener estos microorganismos, ya que prácticamente pueden venir de cualquier parte; la tierra, el aire, el agua, las plantas, algún otro animal, inclusive pueden venir del espacio exterior.

Entre los orígenes más extravagantes que son rumoreados por el box-populi, es que son diseñados en algún laboratorio para ser utilizados como armas biológicas.

Los virus, pueden vivir en algún tipo de fango especial, que se encuentre cerca de una fuente de calor como lo son los volcanes subacuáticos en el lecho marino, o encontrarse congelados en algún glaciar durante siglos, milenios, o cientos de miles de años en el pasado, esperando que las variaciones periódicas en el clima permitan que algún calentamiento global los despierte. O simplemente saltar de una especie exótica aislada que por azares del destino se topa con una más común coincidiendo con alguna característica genética que funciona como puente para el virus, y así, saltar, y adaptarse para seguir mutando e invadir otra especie diferente.

Pero sin lugar a dudas la más exótica de las propuestas es la misma que ralla entre la realidad soportada por la ciencia, y la imaginación desbordada, y es el origen espacial.

La teoría es conocida como panspermia, esta hipótesis propone que la vida en la tierra es extraterrestre. Si tomamos en cuenta que todos los días caen al planeta tierra talvez cientos de miles, o millones de meteoritos, los cuales en muchos casos pueden ser observados gracias a que se encuentran conformados por hielo y al derretirse produce una estela luminosa de gas de hidrogeno; es posible creer que talvez en estos meteoritos pueden venir organismos o fragmentos de ADN o ARN, cubiertos por alguna proteína que los proteja, siendo esta estructura la forma básica de un virus. De esta forma es posible justificar el origen extraterrestre de los virus planteados por la panspermia; pero no, no puede ser tan simple.

La primera pregunta a la que podría darse una respuesta más o menos coherente es esclarecer ¿Cuál es el origen de esos meteoritos y porqué portan dicho material biológico?

Algunas de las respuestas más asequibles giran en torno a que talvez esos meteoros son restos de otros planetas donde en algún momento hubo vida como la conocemos, esto es del tipo orgánica, y que durante la dispersión de sus residuos algunos terminaron por acá. Posiblemente, estos microrganismos al ser tan pequeños no sufrieron mucho daño al destruirse su mundo de origen y pudieron resistir hasta encontrar un nuevo mundo que los reciba.

Hasta aquí es posible que estés asintiendo con la cabeza reconociendo que la teoría de panspermia tiene sentido, más todavía esta teoría tiene mucho que aportar.

Otra teoría propone que uno, o varios de los posibles orígenes de algunos virus podrían estar relacionados con vida inteligente extraterrestre.

Por un lado, una civilización a millones de años luz de distancia que estuviera sufriendo algún cataclismo y se encontrase al borde de la extinción y sin poder encontrar alguna forma de salvarse, podría optar por una forma de salvar su información genética lanzándola por el espacio en todas direcciones, o talvez a un planeta previamente identificado, en el que ya se ha calculado alguna compatibilidad que pueda permitir la supervivencia de dicha impronta genética y así continuar viviendo de alguna forma, y estos virus al adherirse a algún ser biológico provocan mutaciones en el mismo, garantizando así la supervivencia de la genética extraterrestre.

Por otro lado, también podrían tratarse de microorganismos dirigidos a acabar con especies dominantes con el motivo de invadir un planeta, así, una especia no tendría que correr demasiados riesgos y al mismo tiempo exterminar especies que podrían ser rivales potenciales. Dichos virus podrían pertenecer a una vanguardia que precede a la invasión alienígena.

Inclusive podría tratarse de una especie de inhibidor de ciertos sentimientos que les pudiere permitir a algunos invasores extraterrestres tener un contacto frente a frente y así, la especie receptora no sienta miedo pues algo dentro de ellos, cierta información en su interior les dice que puede confiar, por supuesto esa información fue previamente transmitida a través de la exposición a este virus de código genético.

Como es posible observar, los virus representan un misterio con mucho camino que recorrer y siempre habrá nuevas variantes que provoquen la acción por parte de los seres humanos para entenderlos, y ese camino aún será recorrido por nuestros congéneres en el futuro durante mucho tiempo. Y también son un pretexto para explorar la imaginación humana y su creatividad, la cual se plasma en memes, reportajes, teorías sensatas y extravagantes, entre todo tipo de manifestación o mensajes de comunicación.