Duele

Duele ver como el tiempo se escapa de las manos como agua entre los dedos, como las situaciones juegan a asfixiar la esperanza, como los sueños se deslumbran como imposibles y la fe se encuentra a punto de acabarse.
Duele ver las flores marchitas y el amor desgastado, la esperanza colgada en el rincón de las cosas inútiles y las glorias obtenidas en nuestras luchas lanzadas al viento.
Duele ver como cuesta llevarse el pan a la boca mientras muchos desechan toneladas de cosas, como tratamos de mantener nuestras piernas erguidas ante los enemigos que quieren inclinar nuestra cabeza para reírse de nuestra desnudes.
Duele ver como los niños lloran y la sociedad se sumerge en la insensibilidad, como los villanos tienen carros del año mientras el pueblo hurga en la basura para sostenerse un día más.
Duele la vida desgastada en cosas triviales y el tiempo dedicado a distraer los sentidos, mientras la conciencia aleja sus pies de nuestro camino, como dejamos de tener luz y nos acostumbramos a vagar en la oscuridad.
Duelen los hijos que no están y lo que ya no hay tiempo para buscar los misterio de la vida que nadie quiere descifrar, la primavera que cada año se tarda más en llegar y se pasa sin poderla disfrutar.
Duele muchas veces no entender la vida ni los obstáculos del camino, no tener la fortaleza para con alegría recibir el día y darle desinteresadamente la mano al vecino que se convierte en nuestro amigo, en no tener la fe de esperar los milagros y verlos pasar sin que nos demos cuenta.
Duele verte lejos y tenerte cerca, saborear los fracasos que se disfrazan de glorias y la soledad que llega alrededor de tantos rostros de amigos que realmente son desconocidos.
Duelen los compromisos que no se sienten en el alma y los trabajos que se realiza para obtener solo el pan, los amores que se tiene para combatir la soledad, sin dudas duele vivir sin sentir.

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