MADRE SOLTERA A LOS VEINTICINCO EN LOS ANOS 80.

Cuando planificamos algo tan importante como un hijo… como base central la mayoría de las veces no tomamos en cuenta muchos factores o limitaciones como resultado de nuestra decisión. Primordialmente que todo aquello que vemos perfecto llegado su momento resulta ser lo contrario, al que visualizamos como un apoyo puede terminar siendo la persona que debemos descartar para seguir adelante e incrementar nuestras metas en la vida y cambiar en muchos aspectos. Pronto vendrá una persona muy importante a quien debemos guiar mientras pueden tomar sus propias decisiones, que al volver su vista atrás debe sentir que sigue adelante con el apoyo de muchos seres queridos y obteniendo muy bellos recuerdos en su trayectoria.

Siempre planifique tener un hijo(a) a los 25… que cuando yo cumpliera mis 50 tendría la mitad de mis años.

Tenía un novio... un joven compañero de nuestro grupo de amigos, pasamos de la amistad a una relación de pareja que consideraba perfecta; solo se interponía en la reciprocidad nuestros trabajos que eran distantes y no nos permitía vernos seguido, es así como empezó la desconfianza como pareja y terminó siendo el típico machista, lo que acabo con el trato. Ahora bien resulta que de esa relación había quedado embarazada a los 25 años... por supuesto el desapareció, nunca supe de él ni me buscó aun sabiendo que estaba embarazada.

Agradezco a Dios este suceso porque permitió la existencia de mi hija, el motor y mi mayor incentivo para tratar cada día de mejorar mi calidad de vida en búsqueda de la superación espiritual y personal, con la idea fija de que a mi hija no careciera de lo esencial y necesario.

Entre mi lista de lo que considere mis metas: primeramente fue contar con un ambiente adecuado y agradable, para lo cual fui poco a poco adquiriendo materiales para luego demoler la casa que era de barro (bahareque) construyendo en ese espacio, que no es muy amplio, pero me permitiría posteriormente vivir estar cómodamente con mi hija y mi madre de la cual nunca nos separamos.

Posteriormente sería lo de incrementar mis ingresos. Como trabajo alternativo y fuente de entrada adicional empecé a realizar trabajos en arcilla, tarjetería y muñequería donde me iba muy bien vendiendo todos mis proyectos y diseños, me uní a grupo de artífices y fundamos una asociación artesanos en mi pueblo, que me permitió cubrir gastos en el mejor colegio de los alrededores; actualmente aun hago mis labores de muñequería combinadas con proyectos de costura. Retomé estudios superiores desarrollando mi nivel a licenciada en administración que me serviría de apoyo a las actividades que realizaba en mi trabajo fijo en Parques Nacionales que fue mi trabajo sostenido. Mi hija obtuvo su bachillerato con los mejores índices lo cual facilitó su ingreso a la universidad y posteriormente llegar a la profesional que es actualmente y de la cual estoy muy orgullosa.

Ser madre madre soltera, ser cabeza de una familia de tres integrantes: mi madre, mi hija y yo, un trabajo que mantener y muchas mas responsabilidades, no fueron impedimentos para poder continuar con mis estudios y lograr el titulo de Licenciada en administracion, fue un incentivo para seguir adelante y poder brindarle a mi hija lo que necesitaba...